29/4/13

Uno de las SS levantó un adoquín y lo arrojó a la espalda de un prisionero. Vi que le daba en la columna, que se le quedó doblada.



"STEFAN SOLARCZYK Polaco que vivía en Auschwitz y tomó parte en la construcción del campo.

Trabajaba con una locomotora en el tendido de vía estrecha. Movían unos adoquines grandes y alrededor del grupo había gente de las SS. Uno de las SS levantó un adoquín y lo arrojó a la espalda de un prisionero. Vi que le daba en la columna, que se le quedó doblada. 

El prisionero estaba tendido en tierra, inmóvil y él se acercó empuñando el mango de un pico, se lo apo-yó en el cuello, puso un pie a un lado y el otro al otro. Sus piernas temblaron un par de veces. También se disparaba. 

Me impresionó especialmente lo que hizo un hombre de las SS que tenía un chico de Cracovia, era su favori-to: le dejaba ir a bañarse y al río en verano. Un día le dio por dispararle con cartuchos de verdad. El muchacho se alejó nadando y él le disparó al agua, le pasó cerca y luego le dio, y el resultado fue que se hundió."

 (Richard Holmes: Un mundo en guerra. Historia oral de la segunda guerra mundial, ed. Crítica, Barcelona, 2008, págs. 288)

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