"SOLDADO DE PRIMERA RICHARD BOCK. Guardia de las SS
en Auschiuitz-Birkenau.
Un jefe de bloque podía incluso decidir
la vida o la muerte de un prisionero. Recuerdo, y no una sino varias veces,
que pasaba un Sonderkommando [«equipo especial» de presos trabajadores] y un jefe
de bloque llamaba con
furia
al kapo [preso de confianza]: «Kapo, ven aquí».
El kapo se acercaba y él, zas, le daba
al kapo en la cara con tanta fuerza que caía al suelo, y el jefe le ponía la bota
encima si el kapo no tenía la suerte de levantarse con rapidez. Y entonces
decía: «Kapo, ¿sabrías darles golpes mejores?».
Y el kapo echaba a correr,
empuñaba un palo y golpeaba a la cuadrilla de presos indis-criminadamente.
«Kapo, ven», gritaba el jefe de nuevo. El kapo se acercaba y él le decía:
«Acaba con ellos», y entonces volvía y acababa con los presos, los mataba a
palos. Dondequiera que se mirase, no había más que palizas, puñetazos y más
puñetazos.
Fue particularmente horrible en Auschwitz en 1941. Muertos a
palos, muertos a palos dondequiera que se mirase. Hoy no condenaría a
ningún kapo que conociera. A menudo hablaba con kapos, y un kapo tenía que
golpear y apalear para salvar la vida."
(Richard Holmes: Un mundo
en guerra. Historia oral de la segunda guerra mundial, ed. Crítica, Barcelona,
2008, págs. 288)
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