28/9/11

"Iban por los municipios con listas que les habían dado en el pueblo de al lado o directamente preguntaban al contacto 'de derechas' que tenían en la localidad sobre la identidad de los 'rojos' del pueblo"

"«Iban por los municipios con listas que les habían dado en el pueblo de al lado o directamente preguntaban al contacto 'de derechas' que tenían en la localidad sobre la identidad de los 'rojos' del pueblo. A veces ingenuamente, se proporcionaba la información.


 También hubo rivalidades económicas, de negocios pasados, rencillas personales, etcétera. Pero todas las acusaciones estaban envueltas o fundamentadas en la cuestión política», señala Santiago Vega Sombría, historiador y autor del libro 'La represión franquista en la provincia de Segovia', publicado en el año 2005. (...)


«Hay un suceso curioso que ocurrió el día 26 de julio en Navas de San Antonio, en la misma carretera de La Coruña -cuenta Vega Sombría-. Dos hermanos asturianos que volvían de segar fueron asesinados por los miembros de un camión de falangistas que viajaban de Valladolid al Alto del León. Los falangistas gritaron ¡Arriba España! y los jornaleros cometieron la imprudencia de contestarles con un ¡Viva la República! Se quedaron allí». (...)


 En las madrugadas de los días 15 y 31 se produjeron dos sacas en las cárceles de Segovia en las que perecieron 26 personas. El motivo hay que encontrarlo en las bombas que arrojó la aviación republicana sobre la ciudad en dos ataques. En los bombardeos murieron unas diez personas. 


«Inmediatamente, los falangistas se vengaron y depuraron a los presos», apunta Vega. Jornadas antes, el 13, la represión sacudió a la provincia. Hubo quince muertos. El fusilamiento tuvo lugar en el cruce de las carreteras de Sepúlveda y Cantalejo, en el silencio de los pinares. Una camioneta recogió a las víctimas en Fuenterrebollo, Cantalejo, Cabezuela y Sauquillo. Nadie volvió a saber de ellos. (...)


«Un día llegaron al pueblo varios de los combatientes republicanos que vigilaban la población desde la sierra a la espera del asalto y mataron a un sargento de los militares nacionales que había en el pueblo. Todavía está la cruz que le pusieron.


 Como represalia cogieron a tres vecinos, a los que fusilaron sin haber hecho nada. Ni siquiera tenían ideas políticas. Les dieron el 'paseo' en el cementerio. Fue terrible, porque obligaron a ver la ejecución a todo el pueblo. Todo lo que olía a izquierdas iba fuera. Los maestros fueron los más afectados».                (El Norte de Castilla.es, 17/07/2011)

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