Me dijeron que era mi tío para que no se me escapara que mi padre estaba escondido en casa y lo detuvieran. Me enseñó a leer y a escribir, pero de estar tanto tiempo encerrado se trastornó y fue a entregarse". Al principio, la Guardia Civil le tomó por loco. Finalmente fue detenido y pasó tres años en prisión.
"A mí me mataron a mi padre y a dos hermanos; uno de ellos, Damián, está en La Pedraja", cuenta Bernabé Sáez. Los asesinos no se conformaron con aquellas tres muertes. "Una noche aporrearon la puerta hasta que mi madre abrió. Le dijeron que estábamos desterrados...
Íbamos de puente en puente, pidiendo por los caminos. Un día, un alguacil detuvo a mi madre y la llevó a rastras hasta la plaza mayor del pueblo. Ella le gritó: '¡Asesino! ¡Mátanos a todos!' No se me olvidará en la vida.
Le raparon la cabeza y le dieron aceite de ricino", cuenta. "Yo pasé 15 años en la cárcel porque empecé a robar para sobrevivir. Jamás podré olvidar todo esto. Tengo 88 años y me voy a morir con este dolor". (El País, España, 29/08/2010, p. 15)
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