8/2/10

Asesinato por el poder que da el dinero... del ladrillo

"Mamá! ¡Ayúdame! ¡No sé qué hacer!". En algún momento, Juan Cano escribió estas palabras sobre un folio en blanco sin sospechar que tiempo después lo encontraría la Guardia Civil durante un registro de su casa.

Es un documento que no tiene carácter probatorio, pero que refuerza la hipótesis de los investigadores acerca de la personalidad atormentada de Juan Cano, alcalde de Polop de la Marina (Alicante) hasta el pasado mes de noviembre, cuando la Guardia Civil le detuvo como sospechoso de haber encargado el asesinato de su predecesor en el cargo, Alejandro Ponsoda -de quien había sido concejal de urbanismo-. Si Ponsoda no hubiera muerto, quizá Cano nunca habría sido alcalde. (...)

El testigo protegido decidió contar lo sucedido dos años después del asesinato. (...)

Juan Cano no soportaba al alcalde Ponsoda. Nunca aceptó que Ponsoda hubiera conseguido cuatro mayorías absolutas para el PP y que se convirtiera en un hombre imprescindible para ganar las elecciones en Polop. Le presionó muchas veces para que dejara el cargo, según testimonios recogidos en el sumario, pero Ponsoda siempre se resistió. Y, con Ponsoda de alcalde, Juan Cano no tenía manos libres para manejar el urbanismo a su antojo.

Cano tuvo que dejar la política entre 2003 y 2007. El entonces presidente del PP provincial alicantino y actual senador Julio de España reunió un domingo de marzo en Alicante a todos los concejales de Polop, excepto a Cano y Joaquín Montiel. De España les explicó que ambos habían sido grabados pidiéndole dinero a un empresario a cambio de concederle unas licencias y que debían ser apartados. Fueron colocados en los dos últimos puestos de la lista electoral y salieron del consistorio. Pero Cano y Montiel controlaban la agrupación local del PP y en 2007 amenazaron con crear una lista propia si no volvían a ser incluidos. Y volvieron con la aquiescencia de la dirección provincial, ahora ejercida por el presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, enfrascado en la batalla interna entre zaplanistas y campistas.

La cuestión es que Cano no renunció a manejar el urbanismo local pese a estar fuera del consistorio. Los técnicos municipales siguieron despachando con Cano en su domicilio particular, desde donde pretendía organizarlo todo. "Aquí el alcalde soy yo", "aquí el que manda soy yo", "cuando yo vuelva, todo será como antes", son frases que le atribuyen a Cano numerosos vecinos.

Para entonces, el alcalde Ponsoda estaba hundido. "No me votes", le dijo a un vecino, pensando que lo mejor era no ganar las elecciones de 2007 para evitar sus consecuencias. A otra conocida del pueblo le llegó a confesar con lágrimas en los ojos: "Tengo mucho miedo y me va a pasar algo". Cano había organizado la campaña, había redactado el programa electoral, había obtenido los fondos y gestionado un préstamo de 60.000 euros para el partido. Cano lo había preparado todo. Pero quien ganaba las elecciones encabezando la lista era Ponsoda.

El denominador común de todos los problemas siempre ha sido el control del urbanismo. (...)

Pero el gran interrogante urbanístico en Polop es la urbanización de una partida de suelo rústico llamada Matet, que ya preparaba Cano en 2003 y a la que se opuso tras su salida Alejandro Ponsoda, entre otras cosas porque detectó una gran oposición vecinal.

Un grupo inversor de Benidorm compró, entre 2003 y 2004, 650.000 metros cuadrados en Matet por más de tres millones de euros y presentó, junto con un constructor que le había vendido años antes a Cano diferentes inmuebles, la propuesta para urbanizar alrededor de un millón de metros cuadrados. Además, un conocido abogado de Alicante también había preparado un convenio para reclasificar otros 700.000 metros en la misma partida. Entre ambos incluían miles de viviendas. La primera propuesta fue llevada a pleno en mayo de 2005, pero no prosperó por la oposición de Ponsoda, el entonces concejal de urbanismo Juan Andrés Llorens y toda la oposición.

El regreso de Cano al consistorio impulsó de nuevo estos y otros planes. (...)

Cano, pues, se enfrenta a dos procesos. Uno, por inducción al asesinato. Y otro, por delito urbanístico. Dos delitos para un crimen." (El País, Domingo, 31/01/2010, p. 8/9)

No hay comentarios: