25/10/09

Premio Nóbel a la descripción del totalitarismo

"(Herta Müller) De aquí huyó de las garras del totalitarismo, tema central en su obra, en 1987. Partió rumbo al sueño de libertad de Alemania Occidental y ahogada en la aplastante conciencia de pertenecer a una minoría germana de suabos. Llegados hace poco más de tres siglos para trabajar el campo durante la ocupación del imperio austrohúngaro en Rumania, Müller y los suyos se vieron abandonados a su suerte por el azar de la historia de Europa Central en la Rumania de Ceausescu. (...)

El régimen aniquilador de voluntades cambiaba visados de sajones por dinero alemán. Era sólo otra forma de expulsar a "los extranjeros". El precio lo fijaba la cualificación de cada individuo, según fuentes que investigan los archivos del periodo comunista. Ése fue el caso de Müller. Y así fue como dejó Nitchidorf para no mirar atrás: "Me quiero marchar de este dedal de pueblo donde las piedras tienen ojos", relata Müller en su última novela Todo lo que tengo, lo llevo conmigo. "No tenía mucho miedo sino una impaciencia secreta; tan sólo quería irme a un lugar donde nadie me conociera". (...)

"La Securitate, policía secreta rumana, me robó mi vida durante mi juventud y me la sigue quitando en la actualidad acaparando mi tiempo con mis libros", declaró recientemente Müller a un periódico rumano. Sufrió la tortura, el terror, la angustia del control. Al emigrar descubrió que su mejor amiga de la infancia colaboraba con la Securitate, como otros tantos miles de niños y adolescentes. "Al menos, una de las preguntas más dolorosas ha sido respondida", escribió cuando descubrió que Jenny, su compañera de escuela, formaba parte del "sistema de amor y traición" del aparato político. Su cometido era averiguar sus actividades cotidianas, desde cuando se levantaba hasta que se acostaba, dónde y qué compraba. "En sus libros, la temida policía no es sólo una institución, sino que está revestida de todos los atributos del mal humano, desde la humillación y acoso, hasta el miedo, la tortura y la muerte", explica la traductora al rumano de sus obras, Nora Iuga. (...)

La Nobel escribió recientemente en Die Zeit que aún siente que el pasado revive en el país. Y por eso nunca regresará. "La Rumania poscomunista no se ha quitado las máscaras del horror comunista. Y la más pérfida sigue siendo la delación y, la más cruel, los intentos de aniquilar la intimidad". (El País, ed. Galicia, cultura, 11/10/2009, p. 43)

No hay comentarios: