11/6/09

Resistir...

"La suya fue una vida de cárceles y clandestinidad. La tercera vez que le detuvieron fue en 1958, un día en el que había quedado en una calle de Barcelona con Jordi Solé Tura. “En esta ocasión”, dice Albert Solé, “fue salvajemente torturado por unos personajes de triste memoria, los hermanos Creix, por cuyas manos pasaron muchas generaciones”.

Le tuvieron mes y medio en comisaría, cuarenta y cinco días de terror que narró con pelos y señales en La revolución y el deseo. En su libro incluyó, ya desde la primera edición publicada en 2002, una foto de Antonio Juan Creix, condecorado en 1960 por sus “hazañas” en la Brigada Político-Social de la dictadura. “¿Que cómo aguantaba las torturas? ¿Cómo podía no cantar?”. “Muy simple”, rememora en el documental. “Yo me imaginaba un teatro y yo aparecía en el escenario, en las butacas estaban todos los compañeros que caerían si yo hablaba.

Establecí ese mecanismo y así conseguí no cantar”. Miguel Núñez abandonó definitivamente la prisión en 1968." (Rocío García: La muerte digna de una vida digan. El País Semanal, 07/06/2009, p. 22)

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