12/6/09

Crueldad económica...



"Un empresario de Valencia abandona a un 'sin papeles' que perdió un brazo. En la panadería donde trabajaba tiraron a la basura el miembro amputado.

-Si te preguntan, comenta que tuviste un accidente, pero no digas nada de la empresa.

La advertencia procedía del hijo del jefe de una panificadora en Real de Gandia (Valencia) a uno de sus empleados, el inmigrante boliviano Franns Rilles Melgar Vargas, de 33 años, al que la máquina de amasar acababa de seccionar el brazo izquierdo cuando intentaba recoger un papel que se había caído dentro de la masa. Franns Rilles no tenía papeles ni contrato.

Rápidamente, el hijo del dueño de la empresa le subió a su vehículo para trasladarle al hospital Francesc de Borja de Gandia. Pero no llegó a la puerta. Cuando estaban a unos 200 metros, le obligó a bajarse y fue entonces cuando le advirtió de que no diera detalles de lo sucedido, especialmente de dónde había ocurrido, según denuncian Franns y su familia.

"El empresario no tenía permisos, ni licencias, ni hacía contratos", relataba ayer Silvia, la hermana de Franns. Los empleados trabajaban en condiciones de "explotación pura y dura", según el responsable de Comisiones Obreras de la comarca, Josep Antoni Carrascosa. Franns Riles estaba empleado de forma irregular, sin cobertura de ningún tipo y trabajaba 12 horas al día por un sueldo que no llegaba a 700 euros al mes, según han denunciado.

Si vinculaban el accidente con su negocio, el empresario tendría problemas. Por eso, además de advertirle a Franns que guardara silencio, los responsables de la empresa tomaron otras medidas. "Limpiaron todo para no dejar restos", afirma Silvia. Y tiraron el brazo a la basura. (...)

En plena calle, y con el hombro ensangrentado, una persona lo acompañó hasta la sala de urgencias del centro sanitario de Gandia, donde, siguiendo las instrucciones de su jefe, al principio, Franns no aclaró la causa del accidente. Pero no pudo ocultarlo mucho tiempo. Debido a la inconsistencia de su relato, los médicos llamaron a la policía y fue entonces cuando explicó cómo había perdido el brazo y, sobre todo, dónde estaba.

Esta información era vital para intentar volver a implantárselo, la primera opción que barajó el equipo sanitario. La Guardia Civil se desplazó hasta el lugar del accidente para recuperarlo. Mientras, se localizó a un cirujano especializado en este tipo de injertos y se condujo al paciente al hospital privado Virgen del Consuelo de Valencia, pero se desechó la idea de reimplantarle el brazo porque cuando encontraron el miembro amputado, vieron que estaba en muy mal estado." (El País, ed. Galicia, España, 11/04/2009, p. 22)

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