11/6/09

Mirando la guerra como una película de guerra



Un "marine" estadounidense lanza una granada durante la batalla de Hue, en la guerra de Vietnan, febrero, 1968 (foto don McCullin, El País, Domingo, 13/07/2008, p. 17)

"Un anónimo informante canadiense coincidía con ellos al relatar sus experiencias durante la II Guerra Mundial, cuando, según contó, tuvo ocasión de usar su ametralladora contra 30 alemanes a bordo de un submarino, como si se tratara de "una de esas películas en las que uno ve a los soldados avanzar hacia la cámara y, justo antes de chocar contra ella, se les ve pasar a izquierda y derecha, izquierda y derecha".

En Nam. The Vietnam war in the words of the men and women who fought there (1982), un operador de radio de 18 años confesaba que le encantaba estar "en la zanja y ver a la gente morir. Era tan feo como suena: sencillamente, me gustaba mirar sin importar qué ocurría, recostado, con mi taza de chocolate caliente en la mano. Era como una gran película".

O, como cuenta Philip Caputo, matar vietcongs podía ser divertido porque era como ver una película: "Mientras una parte de mí realizaba una acción, otra parte de mí miraba desde la distancia". En lugar de centrarse en los cadáveres mutilados, los soldados que eran capaces de imaginarse a sí mismos como héroes cinematográficos sentían que eran guerreros eficaces. Semejantes formas de disociación resultaban psicológicamente útiles en el campo de batalla. Al imaginarse a sí mismos participando en una fantasía, los hombres conseguían encontrar un lenguaje que les evitaba tener que hacer frente al horror indescriptible no sólo de morir, sino también de causar la muerte." (Joanna Bourke, "El síndrome John Wayne, El País, Domingo, 13/07/2008, p. 16/7)

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