"(...) Los camisas negras sirven al poder, siempre sirven al orden. Esa utilidad sistémica a las élites, de perros guardianes de los oligarcas, es la que les proporciona tanta visibilidad. Si consiguen enfrentarse a los enemigos de la propiedad privada son aceptados y utilizados por los dirigentes de partidos y medios que consideran que Usera es Chinatown. Son utilizados ahora, y lo fueron en los momentos más negros de nuestra historia.
En Franquismo S.A recordé la historia de los caballistas negros de la burguesía andaluza. Una tropa de jinetes que salían al campo andaluz a acabar con los jornaleros republicanos que habían cuestionado la propiedad de los caciques y señoritos andaluces en el campo con la petición de la reforma agraria: "en el periódico La Voz del 3 de septiembre de 1936 se contaba cómo estos latifundistas y aspirantes a serlo se reunían por las tardes en el Casino de Labradores de Córdoba y en los cafés y círculos de la calle Sierpes de Sevilla para, entre vinos, alardear de sus cazas de campesinos. Entre risotadas y chistes macabros contaban cómo acabaron a cañón tocante con más de veinte labradores acabando con una frase lapidaria: 'Querían la Reforma Agraria. Ya la tienen'". (...)" (Antonio Maestre , blog, 16/05/2023)
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