Estados Unidos nunca ha negado estas prácticas. De hecho fue el comandante militar estadounidense en Irak, Ricardo Sánchez, el que las autorizó en 2003, con la aprobación de sus superiores. El fin: "Crear temor, desorientar... y prolongar el impacto de la captura". Binyam Mohamed es otro de los presos de Guantánamo que han sufrido estos abusos: "Te meten en una habitación oscura y te atan. Te dejan varios días sin dormir y cuando tienes las piernas hinchadas y las manos entumecidas empieza a sonar música fuerte. A mí me pusieron Eminem y Mr. Dre durante 20 días".
A la lista de músicos atronadores que suenan en Guantánamo se suman algunos tan alejados del rock duro como David Gray, un cantautor inglés de aterciopeladas cadencias. También las inocentes melodías de Barrio Sésamo. Su autor se ha quedado de piedra al conocer la noticia." (El País, ed. Galicia, Tendencias, 15/12/2008, p. 41)
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