29/12/08

La crisis del 29 y el nazismo

"Hay momentos en la historia en los que el ambiente político se vuelve tan hostil que aplasta cualquier atisbo de prudencia. Eso sucedió, por ejemplo, en la Europa del periodo de entreguerras, cuando la frialdad de acero de los extremismos se alió con la onda expansiva provocada por el crash de Wall Street. La combinación de ambos factores fue devastadora. Hizo emerger un tsunami que, impulsado por la pérdida generalizada del bienestar económico, se llevó por delante la arquitectura democrática de medio continente.

En este proceso fue importante la acción preformativa impulsada por unos lenguajes y estilos totalitarios que contribuyeron a secuestrar emocionalmente la lucidez de buena parte de las sociedades europeas. Lo explican Victor Klemperer, Hannah Arendt y Jean Pierre Faye cuando analizan cómo la degradación moral que impuso el nazismo a la sociedad alemana comenzó antes de que Hitler tomara el poder.

El proceso tuvo lugar cuando un pequeño grupo de fanáticos puso en circulación un populismo antisistema que ofreció esperanzas redentoras a un país sediento de ilusiones, heroificando al "agitador que grita y piensa como un charlatán" e imponiendo la certidumbre épica de las emociones como paradigma del conocimiento. De este modo se logró combatir el miedo y la inquietud que provocaba la crisis, pero al precio de contaminar la política con una dialéctica violenta y despreciativa que maximizaba la oposición amigo-enemigo y sustituía el estilo parlamentario por otro basado en el matonismo de absolutos irreconciliables. El desenlace es conocido: una Europa deshecha y cómplice de los horrores más despreciables acumulados por la historia de la humanidad." (JOSÉ MARÍA LASSALLE: Elogio de la responsabilidad. El País, ed. Galicia, Opinión, 20/12/2008, p. 33 )

No hay comentarios: