“En casa quedamos todavía veintitrés judíos, y cada día temblamos al pensar en una nueva acción, que siempre puede llegar. Todos nos devanamos los sesos buscando una salida.
¡Cuántas conversaciones inútiles mantenemos! Somos animales atrapados en una trampa que no podemos abrir. A veces pienso que lo mejor sería acostarse y morir; luego , vuelve a invadirme la certeza, diría que casi absurda en vista de la situación, de que Dios me salvará. Al final decimos construir un bunker secreto. Escogimos un cuarto oscuro de la entrada.” (Wolfgang KOEPPEN: Anotaciones de Jacob Littner desde un agujero bajo tierra. Ed. Alba Editorial, 2004, p. 85)
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