"Casi cinco años después del atentado incendiario que
precedió a la ola de violencia conocida como “Intifada de los
cuchillos”, la justicia israelí ha condenado por tres cargos de
asesinato a un colono judío que quemó viva a una familia palestina.
Amiram
Ben Ulliel, de 25 años y relacionado con grupos radicales de los
asentamientos de Cisjordania, fue declarado el lunes autor de la muerte
del matrimonio formado por Saad y Reham Dawabashe y de su hijo Alí, de
18 meses, al arrojar cócteles molotov contra la vivienda en la que
dormían en la madrugada del 31 de julio de 2015 en Duma, en la provincia de Nablus.
En
las paredes de la casa fueron halladas pintadas en hebreo que rezaban:
“¡Venganza!” y “¡Viva el rey mesías!”. La sentencia establece que
cometió “un atentado de carácter racista”
en venganza por la muerte de un colono judío, que había sido
deliberadamente embestido por un conductor palestino un mes antes cerca
de Duma. Otro hijo de los Dawabashe –Ahmed, que entonces contaba con
cuatro años– sobrevivió al atentado incendiario a pesar de haber sufrido
quemaduras en el 60% de su cuerpo.
El Shin Bet, agencia de seguridad interior que investigo el ataque como “terrorismo judío”, espera
que el tribunal de Lod (sureste de Tel Aviv) que ha juzgado el caso
dicte el mes que viene una condena a cadena perpetua contra el reo. Ben
Uliel no tenía antecedentes por acciones violentas a pesar de su
activismo en los asentamientos y recientemente se había alejado del
nacionalismo extremista para ingresar en un una escuela rabínica
ultraortodoxa. Su abogado anunció que recurrirá el fallo ante el
Tribunal Supremo tras alegar que la confesión en la que se basa la
condena fue arrancada contra su voluntad.
La justicia
anuló las dos primeras confesiones de Ben Uliel obtenidas por el Shin
Bet por considerar que se había recurrido a la “fuerza física”, aunque
aceptó una tercera en la que “ofreció detalles de los hechos que todavía
no eran conocidos y que permitieron la completa reconstrucción del
crimen”. Los tres jueces de Lod desestimaron la acusación de la fiscalía
de pertenencia a organización terrorista.
El condenado formaba parte de un grupo mesiánico de colonos que no reconoce la legitimidad del Estado de Israel y
defiende la implantación de una monarquía teocrática. El Gobierno
israelí autorizó tras el atentado la aplicación de medidas de excepción
para investigar el terrorismo judío, como la aplicación de la llamada
detención administrativa, para mantener indefinidamente los arrestos de
los sospechosos sin intervención judicial, que solo suele aplicarse a
presos palestinos.
Un segundo acusado del atentado
incendiario de Duma –cuya identidad no se ha facilitado, ya que era
menor de edad en 2015– llegó el año pasado a un acuerdo con la justicia a
cambio de reconocer su participación como cómplice en los hechos. El
tribunal, que le sentenció por pertenencia a organización terrorista,
tiene previsto imponerle una condena inferior a seis años de cárcel,
según informa Times of Israel.
Hussein
Dawabashe, el abuelo que acompañó durante meses al pequeño Ahmed en el
hospital israelí en el que fue tratado de sus graves quemaduras, dijo a
la prensa hebrea
en el tribunal de Lod que su familia había experimentado “un gran
trauma”. “No quiero que ningún otro niño se vea en la situación de
Ahmed”, apostilló. “No lo olvidaré aunque viva cien años más y no quiero
que ninguna otra familia pase por esto”. (Juan Carlos Sanz, El País, 18/05/20)
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