"Fueron los primeros en liberar París de los nazis, aunque
pasaron décadas hasta que se les sacó del olvido. Los republicanos
españoles de La Nueve, integrada en la División
Leclerc, entraron victoriosos hasta el Ayuntamiento de la capital
francesa el 24 de agosto de 1944, con sus blindados apodados Guadalajara, Teruel
y otros nombres de batallas de la Guerra Civil española.
Era el
principio del fin de la Segunda Guerra Mundial, pero antes que de eso
miles de personas se jugaron la vida desde los distintos grupos de la
Resistencia francesa contra la ocupación alemana. Entre ellos, de nuevo,
cientos de españoles cuyos nombres se han ido rescatando poco a poco
para el recuerdo.
"Ni un solo maquis francés estaba
sin españoles, aunque siempre se haya dicho que eran un puñado de
hombres", reivindica la escritora Evelyn Mesquida, que acaba de publicar
un libro, Y ahora, volved a vuestras casas, que
pone nombre y apellidos a decenas de estos republicanos, hombres y
mujeres que decidieron continuar la guerra contra el fascismo.
El título
hace referencia a la frase que les habría soltado Charles de Gaulle a
los soldados españoles durante su visita a Toulouse al fin de la
contienda, y que según la periodista retrata el desprecio con el que se
les trató frente a los héroes franceses de la Resistencia. "¿Cómo iban a
volver a sus casas? ¿A los bosques? ¿A España para que los matasen?".
Mesquida, conocida por ser autora de La nueve: los españoles que liberaron París,
indaga en historias de película como la de Paco Ponzán, un
anarcosindicalista de Huesca que acabó organizando una de las
principales redes de evasión de rebeldes durante la ocupación nazi de
alemania.
Paracaidistas extraviados, miembros de la Resistencia, judíos…
Miles de personas salieron del país gracias al Grupo Ponzán, en
contacto con los servicios secretos ingleses, franceses y belgas, que
había empezado a operar precisamente evacuando a republicanos españoles
hacia Francia poco después de la victoria franquista.
Una
de sus últimas expediciones antes de ser detenido, en abril de 1943,
fue el traslado a Gibraltar, a través de España, de dos supervivientes
de la Operación Frankton, que participaron en la voladura de cinco
barcos mercantes alemanes en el puerto de Burdeos. "Algunos dicen que
fue detenido casualmente y otros, denunciado", relata Mesquida, que
cuestiona además la autoría de su ejecución, atribuida a los nazis pero
nunca resuelta del todo. En el bosque de Buzet, a 25 kilómetros de
Toulouse -donde estaba encarcelado-, Ponzán fue ametrallado y quemado
junto a 54 víctimas más el 17 de agosto de 1944.
Este
maestro de profesión y héroe de la Segunda Guerra Mundial no es
exactamente un desconocido en los círculos académicos, aunque todavía
hoy se le empiece a reconocer en su tierra. Libros como La Red de Evasión del Grupo Ponzán, de Antonio Téllez, o Lucha y muerte por la Libertad,
de su hermana Pilar Ponzán, recuperan sus hazañas. Algo parecido ocurre
con otros de los republicanos que reivindica Mesquida. El historiador
Diego Gaspar, autor de La guerra continúa. Voluntarios españoles al servicio de la Francia libre (1940-1945), apuntaba en eldiario.es que fueron como mínimo 1.000 españoles los que combatieron en la causa de la Francia Libre.
Pero demasiadas veces, inquiere Mesquida, sus nombres han
quedado recluidos en publicaciones académicas y homenajes locales.
"Sobre todo teniendo en cuenta que su experiencia en la guerra de España
fue importantísima", valora. "Tenían valores por los que luchaban a
muerte y estaban convencidos de que para volver a España, que es lo que
querían, tenían que vencer a los nazis", resume la escritora. Parte de
los que integraron la Resistencia lo hicieron una vez diseminados por
todo el país en los Campos de Trabajo para Extranjeros. Otros, como los
de La Nueve, se alistaron en la Legión Extranjera Francesa.
Hubo
quien liberó París, como estos conocidos republicanos, y otros que
arrebataron a los nazis poblaciones más modestas. Como Aubervillieres, a
pocos kilómetros de la capital. Es el caso de Eustaquio Pino
(Torrecillas de la Tiesa, 1912), que colocó la bandera francesa en el
frontispicio de la casa consistorial el 19 de agosto de 1944, según
relata su nieto. O al revés, en Tulle, donde la 2.ª División SS Das
Reich aplastó a los resistentes para recuperar la localidad y asesinó
ahorcados a un centenar de vecinos. Allí murió Máximo Pastor, un
anarquista de Alicante que combatió en Teruel y el Ebro antes de
exiliarse.
Sobre el reconocimiento de todos ellos,
Mesquida lamenta que el Ejército francés, que abonó el relato de la
Francia liberada por los franceses, "nunca han querido que se
conociera". "Les da rabia que se destaque", añade. Y reconoce en este
punto el papel de la actual alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en la
labor de homenaje a La Nueve el pasado agosto, en
el 75 aniversario de la liberación. "Ahora falta completarlo con el
resto de españoles en la resistencia en los libros de historia y en los
libros de texto", reclama la escritora." (Pau Rodríguez, eldiario.es, 07/03/20)
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