"Yo: don Pedro Blanco, negrero. Un loco. Gigante o monstruo.
El Mongo Blanco. El Gran Mago-Espejo-Sol. El Rey de Gallinas. El Pirata.
El Padre. El Hermano. De los arrabales de Málaga al trono de África, de
la gloria de La Habana a un manicomio de Barcelona. Una pistola. Si
tuviera una pistola mancharía una pared con mis sesos. Esta es mi culpa y
mi penitencia. Esta es mi historia”.
Carlos Bardem es de la opinión de que todo escritor escribe
para entender. Así al menos le ha ocurrido a él con sus anteriores
libros y le ha vuelto a pasar ahora con su nueva novela, Mongo Blanco.
Esta vez, todo surgió cuando encontró un pie de página que hablaba de
don ‘Pedro Blanco, el gran negrero malagueño’. “Lo de malagueño me llamó
la atención ya que yo, que he dedicado años a estudiar la historia de
nuestro país, nunca había oído hablar de este personaje. Ahí surgió la
necesidad de comprender”.
Además de actor y escritor, Bardem es licenciado en historia. De ahí
su curiosidad por investigar más sobre este peculiar individuo, que
resultó ser uno de los mayores esclavistas de la historia. ¿Cómo podía
ser que a penas se supiera nada de un personaje de estas
características?
“Si preguntas a cualquiera de este país por la esclavitud,
la mayoría te lleva a Estados Unidos y a los campos de algodón. Pocos
caen en que de la misma magnitud o mayores que estos algodonales son las
grandes plantaciones de caña de azúcar de Cuba o Puerto Rico, donde se
trabajaba con mano de obra esclava”.
En este sentido, Bardem deja al aire una reflexión: “¿Quiénes son
los que deciden que no podemos saber que muchas de las grandes fortunas
de algunas familias e instituciones de nuestro país tienen que ver con
la trata de seres humanos?” A lo que añade: “No debemos dejar que
se nos escamotee parte de nuestra historia”.
Con su nueva obra, el
autor se ha propuesto recuperarla y, para ello, aporta algunos datos:
“los cálculos más conservadores sitúan que han sufrido esta barbarie 12
millones de personas. Pero algunos historiadores aseguran que esto es
sólo el 15% del volumen real. Estaríamos hablando entonces de 83
millones de personas. Para hacernos una idea, el holocausto nazi asesinó
a ocho millones de personas en Europa”.
De estos números fue en parte responsable Pedro Blanco, junto con
John Ormond y ChaCha Da Souza, los tres grandes mongos, o reyes de la
trata, que ha dejado la historia. “Blanco era un gran marino, un gran
aventurero y era un hombre brillantísimo en lo que hacía. El problema es
que lo que hacía era una atrocidad”. Esto ha supuesto un reto para el
escritor, ya que reconoce que “no es fácil ni ameno sostener más de 600
páginas con un ‘héroe’ tan detestable. Por ello he tenido que meterme en
sus zapatos y, pese a lo malo, tratar de sacarle algo de humano”.
Para humanizarlo, “que no justificarlo”, según remarca el intérprete,
“he planteado una especie de juego basado en una conversación, uno de
los grandes recursos de la literatura. Pedro es un gran cínico, con
cierto bagaje filosófico, y frente a él tenemos al joven doctor Castells,
que representa la filantropía y también el amor al prójimo. Y que, en
el fondo, ese doctor, lo que representa es el lector. Le hace las
preguntas al negrero que cualquiera de nosotros se esta preguntando”. (Lara Gómez, La Vanguardia, 17/06/19)
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