6/2/19

Los israelíes me han detenido 7 veces; la primera cuando tenía seis años. Me detuvieron de nuevo cuando era adolescente. Esa vez me golpearon y un oficial israelí encendió una cerilla bajo mis genitales...

"(...) Mohammed Abul Aziz Abu Shawish nació en el campo de refugiados de Nuseirat en Gaza, en 1964. Su familia es originaria de Barqa, una aldea del sur de Palestina que fue limpiada étnicamente en 1948. Pasó 9 años en prisión después de haber sido acusado de poseer un arma y ser miembro del movimiento de Al Fatah.

Los israelíes me han detenido 7 veces; la primera cuando tenía seis años. Eso fue en 1970. Luego me acusaron de lanzar piedras a los soldados israelíes. Me detuvieron de nuevo cuando era adolescente. Esa vez me golpearon y un oficial israelí encendió una cerilla bajo mis genitales. Me quitaron la ropa y me pusieron la ropa interior en la boca para amortiguar mis gritos. Después de aquello padecí dolores cada vez que iba al baño durante muchos días. 

Mi último encarcelamiento fue el más largo. Me detuvieron el 23 de abril de 1985, estuve en la cárcel durante 9 años y me excarcelaron tras de la firma de los Acuerdos de Oslo. 

Incluso en prisión nuestra lucha por nuestros derechos nunca cesó. Luchamos con huelgas de hambre a las que ellos respondían con aislamiento y tortura. Tan pronto como la administración penitenciaria cedía a nuestras reivindicaciones para que pusiéramos fin a la huelga, nos privaban poco apoco de todo lo que habíamos conseguido. 

 Retenían la comida, impedían las visitas familiares y hasta reunirnos con nuestros propios compañeros de prisión. A menudo confiscaban nuestros libros y otros materiales educativos sin motivo alguno. 

Incluso en prisión nuestra lucha por nuestros derechos nunca cesó. Luchamos en huelgas de hambre y ellos nos defendieron con aislamiento y tortura. Tan pronto como la administración penitenciaria cediera a nuestras demandas, para poner fin a nuestra huelga, nos privarían lentamente de todo lo que habíamos logrado. 

Retendrían la comida, evitarían las visitas familiares e incluso nos impedirían reunirnos con nuestros propios compañeros de prisión. A menudo confiscaban nuestros libros y otros materiales educativos sin motivo alguno. 

Cuando me excarcelaron el 8 de enero de 1994 me incorporé a la unidad de rehabilitación de prisioneros del Ministerio de Trabajo. Hice todo lo que pude para ayudar a mis compañeros prisioneros liberados. 

Desde que me jubilé, escribí un libro titulado Antes de que mi torturador muera en el que narro los años de mi encarcelamiento. No es que sea escritor; tan sólo quiero que el mundo sepa de nuestra difícil situación.  (...)"                               (Ramzy Barud y Abdelá Alyamal , Al Jazeera, en Rebelión, 31/01/19

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