"La obra teatral Las bicicletas son para el verano (Fernando Fernán Gómez, 1977) se cierra con la frase que el protagonista, Luis, dice a su hijo: No ha llegado la paz, Luisito: ha llegado la victoria.
Esa victoria va a implicar que los vencedores podrán llevar a cabo
impunemente los propósitos que había alentado la sublevación de julio de
1936, tal como expresara a John Whitaker, periodista norteamerican,
Gonzalo Aguilera, oficial de prensa de Franco, encargado de las
relaciones con los corresponsales extranjeros:
“Tenemos que matar,
matar y matar, ¿sabe usted? Son como animales, ¿sabe? Y no cabe esperar
que se libren del virus del bolchevismo. Al fin y al cabo, ratas y
piojos son los portadores de la peste. Ahora espero que comprenda usted
qué es lo que entendemos por regeneración de España […] Nuestro programa
consiste en exterminar un tercio de la población masculina de España.
Con esto se limpiaría el país y nos desharíamos del proletariado”[2].
A la altura de mayo de 1939 no les parecían suficientes a los
vencedores los miles de muertos en el campo de batalla, ni los
asesinados en la retaguardia durante los tres años de la guerra;
tampoco, el casi medio millón de exiliados, forzados a dejar su patria.
Ahora tenían las manos libres para actuar indiscriminadamente contra
todos los sospechosos de haberse mostrado en algún momento de su vida
favorables a la legítima República de 1931.Y de cómo se produjo esa
represión sin límites es de lo que trata fundamentalmente este nuevo
libro del historiador Francisco Moreno Gómez.
Francisco Moreno Gómez pertenece a ese nutrido grupo de historiadores
españoles (Julio Aróstegui, Julián Casanova, Francisco Espinosa,
Gutmaro Gómez Bravo, Mirta Núñez Díaz-Balart, Alberto Reig Tapia o
Ricard Vinyes, entre otros) que se han ocupado en investigar diferentes
aspectos de la represión franquista.
Es autor de media docena de
monografías sobre la resistencia antifranquista y el correlato de su
represión y de numerosos artículos en revistas especializadas, con
especial referencia a lo acontecido en Córdoba y su provincia. (...)
Pues bien, de cómo se fraguó esa tragedia en 1936 y de cómo se
continuó durante el franquismo trata con exhaustividad de datos el libro
de Francisco Moreno, de tal manera que el día en que se constituya en
nuestro país esa Comisión de la Verdad deberá recurrir, entre otras
fuentes, al soporte teórico de esta obra sobre los términos “desapariciones”, “planes de exterminio”, “catástrofes humanitarias”, “crímenes contra la humanidad” y “genocidio” y al amplísimo trabajo de campo sobre esas atrocidades que se cometieron en España.
Quizás uno de los aspectos más novedosos e interesantes del libro es
la identificación (establecida tanto sobre la base de los estudios
científicos sobre la materia como sobre la descripción de casos
concretos) de la represión franquista con los crímenes contra la
humanidad, tal como los consideran la jurisprudencia internacional y los
informes y resoluciones de diversos organismos internacionales. (...)
Con rigurosidad y también con apasionamiento el autor arremete contra
los nuevos pseudohistoriadores de la derecha y los escritores “equidistantes” que preconizan el olvido acrítico del pasado, “el carpetazo”, cuando no su reescritura con argumentos tomados de la época franquista[5]. El libro se erige contra la actual moda neofranquista del “todo fuimos culpables”, “en los dos bandos hubo violencias”, “los maquis y guerrilleros no fueron sino bandoleros y ladrones”
y otras parecidas formulaciones hasta culminar en frases textuales como
la de Jaime Mayor Oreja en 2007 de que el franquismo fue “una situación de extraordinaria placidez”.
Desde el principio el autor reacciona contra la falacia de las dos
Españas enfrentadas en 1936 para recordarnos que se trató de un golpe
miliar de inspiración fascista, apoyado por las fuerzas más
reaccionarias del país en defensa de sus privilegios ancestrales que
veían peligrar por la acción política y social de la República. Tomando
frases y declaraciones por todos ya conocidas de Mola, Queipo de Llano,
Yagüe o del propio Franco, Francisco Moreno verifica cómo desde julio de
1936 la política de exterminio y desolación estaba en el ADN de los
sublevados.
Pero el libro se centra en los años posteriores a 1939. El autor va
mostrando las distintas caras y formas con que la represión se fue
manifestando a lo largo de los años oscuros del franquismo: primero se
impuso el miedo y el terror, el silencio y el ostracismo; en el caso de
que eso no fuera suficiente, se avanzaba en el castigo físico, las
vejaciones, la cárcel, los trabajos forzados, la tortura y hasta el
asesinato; y la culminación de todo ello consistió no solo en la
desaparición física de los perseguidos sino en su desaparición
simbólica, en tumbas colectivas o anónimas que los familiares no
pudieran identificar.
Todo ese proceso está explicado detenidamente por
Francisco Moreno y ejemplificado con testimonios concretos de las
víctimas. (...)" (José Manuel Pérez Carrera, crónica Popular, 05/09/17)
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