"En los túneles de Dora, en la antigua RDA, casi 9.000 miembros de la
resistencia francesa vivieron un calvario fabricando un arma secreta de
Hitler, el cohete V2.
Un "infierno" que los historiadores quieren plasmar en una enciclopedia para que no caiga en el olvido.
Antes
de 2020, el Centro de Historia y de Memoria de la Coupole, en el norte
de Francia, contará la vida de estos combatientes, de los que 4.500
murieron en la fábrica de 'Mittelbau-Dora'. Es un índice de mortalidad
bastante superior al de otros campos de concentración.
El objetivo
de los nazis era disparar el V2 desde un inmenso búnker con dirección a
Londres, ciudad a la que se supone debía llegar en cinco minutos.
Los
bombardeos contra el búnker, el desembarco de los Aliados en 1944 en
Normandía y la falta de tiempo para terminar las obras lo impidieron.
Los
mandos alemanes de entonces renunciaron a construir plataformas de
lanzamiento fortificadas y optaron por usar batallones de disparo
móviles. Más de 3.000 V2 fueron lanzados hasta el final de la guerra, de
los cuales la mitad contra el Reino Unido.
"Pero ¿cómo se puede
querer destruir un país?", se pregunta Georges Jouanin. A sus 94 años,
su memoria sigue intacta: "En Dora, viví un infierno. Dormíamos en
armazones de cama infestados de piojos y trabajábamos 18 horas diarias
para perforar la roca. Veíamos morir a nuestros compañeros. Trabajos
forzados..."
A Jouanin lo deportaron a Buchenwald en diciembre de
1943, tras ser detenido por la Gestapo en París. Dos meses después lo
trasladaron al Kommando de Dora.
Allí, en dos túneles de 2 km de
largo, los nazis emprendieron a marchas forzadas la creación de una
fábrica subterránea, oculta para la aviación aliada. Tomaba el relevo de
la de Peenemünde, en el mar Báltico, que había sido bombardeada.
Una tortura
Más
de un tercio de los 60.000 internados -en su mayoría rusos- murieron
por las condiciones de trabajo, relata Laurent Thiery, un historiador
encargado, junto con una veintena de colegas, de "poner cara" a estos
desaparecidos.
Cada uno tendrá su reseña biográfica, con su
trayectoria profesional, familiar, política, militante y sobre las
condiciones de su deportación y de su muerte. Se hará gracias a
información facilitada por familiares y por asociaciones.
La
familia de Jean Gineston ha contribuido al proyecto. Este cristiano
resistente es un superviviente de Dora-Ellrich y del campo de
concentración de Bergen-Belsen. Cuando fue repatriado en 1945 pesaba 38
kilos.
Tras su muerte en 2009, su hija Marie-Christine encontró
documentación en su oficina y, junto con su hermana, decidió
entregársela a La Coupole.
La obra no se limitará a ser un diccionario, sino que incluirá documentos de expertos sobre varias temáticas de investigación.
En
el monumento conmemorativo de Dora, este trabajo de búsqueda suscita
"un interés tremendo", explica su responsable Regina Heubaum, porque
será "una fuente excepcional, sobre todo para las familias de franceses
que, 72 años después, vienen aquí regularmente en busca de información
sobre sus parientes". (Renaud Lavergne , AFP )
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