"Las persiguieron por rojas y mucho más. Las leonesas fueron
represialadas por el régimen de Franco no sólo por motivos políticos y
no sólo las afectas a la República fueron víctimas de la persecución de
la dictadura.
Beatriz García Prieto, graduada en Historia, ha buceado en los
expedientes y consejos de guerra de más de 300 leonesas que sufrieron la
represión franquista entre 1936 y 1950 para su trabajo de fin de
máster.
No están todas las que son, pero son las suficintes para realizar una radiografía del alcance de la represión femenina en León.
«Las mujeres sufrieron fusilamientos, encarcelamientos, exilio,
represión y económica y laboral, de la misma manera que muchos hombres,
pero hubo una represión específica como fueron las violaciones,
rapaduras de pelo, ingestión de aceite de ricino, humillaciones
públicas, golpes y quemaduras en las zonas sexuales, obstaculización de
la maternidad y separación de niños», afirma la investigadora, que buceó
en los expedientes y consejos de guerra para el trabajo de fin de
máster.
No sólo las ‘mujeres de rojo’ o afectas a la República fueron
perseguidas desde que el régimen franquista se impuso en la provincia a
partir de julio de 1936. «La represión fue más allá de las ideas
políticas y muchas sufrieron cárcel por el mero hecho de ser hermanas,
madres o esposas de republicanos», explica.
Fueron perseguidas muchas mujeres que se salían de una forma u otra
de los modelos de conducta establecidos. E incluso reconocidas damas de
la sociedad leonesa como fue María Sánchez Miñambres, «una mujer de
derechas que fue concejala en la dictadura de Primo de Rivera, sufrió
cárcel», explica.
En este caso, los motivos económicos aducidos por su
madre Agustina tuvieron que ver con la supuesta apropiación de fincas de
su propiedad en Torneros para servicios de la azucarera. La señorita de
Marzanas no se calló y reclamó, lo que unido a su talante liberal y su
vestir a la última moda parisina le costó varios años en las cárceles.
El régimen exigía a las mujeres recato y sumisión. Y llegó a atacar,
después de muerta, a una mujer que quiso donar todas sus propiedades a
instituciones civiles. Entre las fusiladas destaca el caso de Teresa
Monge, que ocupó un cargo de responsabilidad en las Juventudes
Socialistas.
«Muchas veces las mujeres eran capturadas como intercambio para
apresar a hombres», agrega García Prieto. En su trabajo también ha
indagado en las estrategias de supervivencia que tuvieron que idear para
sacar adelante a sus familias solas y perseguidas «sin haber cometido
ningún delito», añade.
«La represión afectó no sólo a las mujeres vencidas, o de rojo»,
recalca. «Las leonesas, en general, fueron relegadas a un plano
secundario, doméstico, en el que solo podrían desempeñar los papeles de
madre y esposa y por otro lado sufrieron en su vida cotidiana una fuerte
represión ideológica, moral y de comportamiento», añade. Beatriz García
Prieto iba a pronunciar hoy una conferencia sobre la represión
franquista en las mujeres organizada por la Asociación Pozo Grajero,
pero se ha aplazado por motivos de salud." (Ana Gaitero, Diario de León)
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