"Carlos Gómez Carrera, "Bluff", dibujante, colaboró con con viñetas de corte antifascista en Adelante, La Correspondencia de Valencia, La Libertad y La Traca. Detenido el 28 de abril de 1939, internado en la cárcel Modelo de Valencia, juzgado el 10 de Junio de 1940, acusado de ser “dibujante satánico, que está engañando a la Gloriosa España Nacional, al dibujar con doble sentido”, fue condenado a muerte y fusilado el 28 de junio de 1940 en el campo de tiro de Paterna, junto a Vicent Miquel Carceller, editor de la Traca y Modesto Méndez Álvarez, también dibujante.
El 28 de junio de 1940 fusilaron en Paterna una "saca" integrada por 31 personas, entre ellos dirigentes socialistas, maestros, jueces y militares fiales a la II República, que fueron enterradas sin identificar en la fosa 114.
Carlos Gómez Carrera, caricaturista que popularizara el seudónimo BLUFF, era un dibujante y nada más. (...)
Cuando el edificio de La Libertad, importante objetivo militar, fue destruido por la aviación de Franco, BLUFF salió de Madrid y se marchó a Valencia, donde continuó su labor de dibujar caricaturas para los periódicos valencianos. (...)
Un mes vivió así, del 29 de marzo al 28
de abril del año 1939; pero en esta segunda fecha citada, un grupo de
falangistas se presentó a detenerle, arrancándole de los brazos ele su mujer y
de su hijita. Y en la cárcel estuvo más de un año, hasta el 10 de junio de
1940, sin que le procesaran siquiera, pues la verdad era que no había de qué acusarle.
Sin embargo, ya se había acusado,
condenado y ejecutado a tanta gente que empezaban a faltar reos para los
verdugos. Y con objeto de que éstos no holgasen, se procesó a hombres corno
BLUFF, quien fue acusado de autor de unas historietas caricaturescas, ¡publicadas
mucho antes de que la guerra estallase! Monstruosamente se le sentenció a la
pena capital y fue fusilado enseguida.
Aunque enseguida, no. Se tuvo a BLUFF
bajo el peso de la sentencia a muerte diez y ocho días, esperando en su celda,
cada una de todas esas madrugadas, que se le llevase ante el pelotón que había
de libertarle matándolo. Martirizadora agonía que la víctima sufrió
heroicamente.
BLUFF quiso hacer un último regalo a su
hija. Como la niña ya sabía leer, le regalaría un libro de cuentos. Y con los
escasos elementos que allá tenía, en la antesala de la muerte, escribió y juntó
la obra que ahora reproducimos. Sin que, como podréis observar, le temblase a
BLUFF el pulso.
Esta es la historia del libro presente,
obra de un mártir y de un héroe también. No; no le temblaba el pulso a Carlos
Gómez Carrera, en los días anteriores al 28 de junio de 1940. En la madrugada
del día tal, BLUFF fue fusilado por la "justicia nacionalista".
Teresa de Escoriaza, escritora y
corresponsal." (Búscame en el ciclo de la vida, 28/06/16)
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