Mujeres republicanas rapadas
Mujeres republicanas rapadas en Montilla, Córdoba
Mujeres republicanas rapadas en Oropesa, Toledo
"Las mujeres de
la estremecedora fotografía que encabeza este texto tienen nombre.
Las cuatro eran vecinas de Oropesa, Toledo. A las cuatro las raparon la cabeza,
las vejaron y fueron expuestas en el estanco del pueblo, como si fueran
productos de consumo.
Durante varios días fueron paseadas por
las calles del pueblo. Durante su triste recorrido fueron insultadas, arrojaron
piedras sobre ellas e incluso las mantearon.
Prudencia Acosta fue encarcelada durante toda la guerra en la
cárcel de mujeres de Puente del Arzobispo. Vivió con la constante amenaza de
muerte a ella y a su hijo Andrés, con quien aparece en la
fotografía, si el ejército rojo se acercaba. Jamás separó a Andrés
de su cuerpo y posiblemente esto la salvó de morir fusilada. Antes de encarcelarla
le incautaron todos sus bienes. Al finalizar la guerra regresó su marido que se
había alistado en el ejército republicano. Fue fusilado en la pared del
cementerio de Talavera el 23 de agosto de 1940.
María Antonia de la Purificación Rubio
Alía (Pureza) tan solo tenía 16 años
al iniciarse la Guerra, estaba soltera y vivía con su
madre, Ambas fueron retenidas en la cárcel de la plaza vieja de Oropesa. La
acusación que recayó sobre Pureza fue que tenía relaciones con un “chaval
rojo”. Las raparon con unas tijeras de cortar el pelo a las caballerías. La
madre de Pureza consiguió escapar meses más tarde, pero ella permaneció
encerrada hasta los 18 años, sufriendo todo tipo de vejaciones.
Antonia Juntas Hernández (Antonia la Planchadora). Tenía cuarenta y ocho
años cuando fue rapada. Permaneció con el resto de mujeres en la cárcel acusada
de haber trabajado sirviendo a las tropas republicanas. Aunque Antonia nunca
fue de ideología republicana, trabajó preparando comidas para las tropas por un
escaso sueldo. Por ello fue condenada a tres meses de prisión.
Antonia Gutiérrez Hernández estaba casada y era madre de dos hijos. Al
iniciarse la Guerra ni ella ni su marido tomaron parte por ninguno de los
bandos. Cuando el ejército nacional llegó al pueblo fue encarcelada
bajo la acusación de pertenecer a una familia que contaba con miembros
republicanos. Por mediación de su suegro fue puesta en libertad unas semanas
más tarde. Conservó durante toda su vida la trenza que le fue cortada
en esa terrible ocasión.
Y nadie les pidió perdón.
Verdad, Justicia y Reparación."
1 comentario:
Gracias por recordarlas.
Salud!
http://buscameenelciclodelavida.blogspot.com.es/2012/01/rapadas.html
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