"Álava sufrió la represión franquista tras la Guerra Civil, pero en
menor medida que muchas otras provincias del resto de España. Al menos
esa es una de las conclusiones recogidas en el libro Matar, purgar, sanar. La represión franquista en Álava (1936-1945),
escrito por Javier Gómez Calvo, doctor de Historia Contemporánea por la
Universidad del País Vasco y actualmente investigador postdoctoral en
el Instituto Universitario de Lisboa.
Gómez Calvo ha incorporado en su
libro datos procedentes de fuentes que no estaban disponibles hasta
2008, como la prisión de Vitoria o el archivo militar de Ferrol (en lo
que se refiere a las causas militares abiertas contra paisanos). Se
trata de datos inéditos, que hasta ahora no se habían consultado para
Álava, asegura el autor.
El número de personas asesinadas por los
franquistas en Álava entre 1936 y 1945 se elevó a 193 (un 0,18% de la
población). Un porcentaje muy inferior a provincias de parecida
población.
Cuando Gómez Calvo empezó a investigar sobre la represión franquista
encontró “un absoluto vacío” sobre la ejercida en Bizkaia, apenas tres
obras respecto a la persecución política en Gipuzkoa y, en cuanto a
Álava, los únicos trabajos “serios” eran artículos escritos hace más de
20 años.
"Lo que sí encontré, y hoy sigue siendo fácil hacerlo en
multitud de librerías y bibliotecas del País Vasco, fueron libros en los
que se tildaba de genocidio la represión franquista en las provincias
vascas y se evocaba la Guerra Civil como un conflicto en el que el
español había querido castigar al vasco que, siguiendo su secular
tradición irredenta, acabó tomando las armas para ponerse a la
vanguardia de la lucha contra el invasor.
Este tipo de literatura,
vinculada a la izquierda nacionalista vasca y por lo general ajena a la
historiografía académica, ignora que la represión en el País Vasco fue
menos brutal que en cualquier otro lugar de España y, lo que es más
importante, que las provincias vascas se convirtieron muy pronto en
puntales de desarrollo económico del país".
El objetivo de Gómez Calvo es conocer mejor los mecanismos que operaron
en la represión. Entre las particularidades del conflicto en Álava
destaca "la aparente paradoja" de que unos nacionalistas, católicos y
conservadores, como los franquistas, persiguieran a otros nacionalistas,
católicos y conservadores.
"Me refiero, evidentemente, a la represión
ejercida contra los miembros y simpatizantes del PNV, apoyado
electoralmente en 1936 por el 20% del electorado alavés".
En Álava, que quedó casi en su totalidad en poder de los alzados desde
el comienzo de la guerra, "la represión de carácter físico con resultado
de muerte fue, comparativamente hablando, reducida.
De hecho, buena
parte del bloque civil adherido al golpe de Estado militar trató de
amortiguar los efectos de la represión y se opuso de forma más o menos
decidida a las demostraciones de fuerza bruta y a los excesos verbales y
físicos empleados contra los adversarios políticos y la población
dudosa".
¿Fue por interés humanitario? "No, se trataba de salvaguardar
una cultura localista, conocida como vitorianismo o alavesismo, que permite restituir cierta reconciliación comunitaria tras la guerra.(...)" (El Diario del Norte, 04/06/2014)
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