10/1/14

Son policías los que completan un siniestro archivo a imagen y semejanza de los que confeccionaron los nazis: el Archivo Judaico.



“Y son policías y no falangistas los que completan, desde que Serrano Suñer controlaba aún, a través del subsecretario. Llorente, el Ministerio de la Gobernación, un siniestro archivo a imagen y semejanza de los que confeccionaron los nazis y ahora confeccionan los franceses: el Archivo Judaico.

El 13 de mayo todos los gobernadores civiles han recibido una circular enviada el día 5 por la Dirección General de Seguridad en la que se les ordena que envíen a la central informes individuales de «los israelitas nacionales y extranjeros afincados en esa provincia», en los que se indique «su filiación personal y político-social, medios de vida, actividades comerciales, situación actual, grado de peligrosidad, conceptuación policial».

 La orden la firma José Finat el último día de su permanencia en el cargo, porque va a ser relevado por el coronel Galarza. Su amistad con Serrano Suñer le ha llevado allí, y ha prestado grandes servicios a Franco, como el de organizar a los policías que, en connivencia con el embajador Lequerica y la Gestapo, y utilizando a un siniestro policía de apellido Urraca, consiguieron traer a Companys y Zugazagoitia a España.

José Finat, conde de Mayalde, hizo buenas migas con Himmler cuando visitó España en octubre de 1940, y puso al día una vieja colaboración firmada por el general Martínez Anido en 1938. Gracias a ese acuerdo, la policía política alemana goza de estatus diplomático en España, y puede vigilar a sus anchas a los treinta mil alemanes que viven aquí. 

Dentro de un mes, Finat va a ocupar su cargo de embajador en Berlín. Allí podrá entregar en persona a Himmler sus listas de judíos. Si España entra en la guerra, será un buen regalo para los nazis.

No se trata de defenderse de la posible acción subversiva que puedan realizar los refugiados que pasan por España huyendo de la persecución nazi. Se trata, sobre todo, de tener controlados a los judíos españoles de origen sefardí:

Las personas objeto de la medida que le encomiendo han de ser principalmente aquellas de origen español designadas con el nombre de sefarditas, puesto que por su adaptación al ambiente y similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen y hasta pasar desapercibidas sin posibilidad alguna de coartar el alcance de fáciles manejos perturbadores. 

El trabajo no va ser fácil, por esa capacidad de adaptación que tienen los judíos. Sobre todo en lugares que no sean como Barcelona, Baleares y Marruecos, donde había «comunidades, sinagogas y colegios especiales», ya que eso permite una mayor facilidad de localización.

La circular no oculta la urgencia de la acción. Hay que proteger al Nuevo Estado de la posible acción de estos individuos, que son «peligrosos».

El coronel Valentín Galarza está poniendo patas arriba el ministerio que le ha dejado Serrano Suñer infestado de falangistas revolucionarios. Pero no va a destrozar toda la obra de su antecesor. El Archivo Judaico se va a seguir completando con carácter de urgencia al principio y con metódica seriedad después.

¿No son acaso los judíos y los masones los enemigos fundamentales del Nuevo Estado?
Cuando haya pasado el tiempo, el Archivo Judaico será ocultado y, posiblemente, destruido. Cuando deje de ser urgente tener listas completas de israelitas y haya que justificar que el régimen surgido del 18 de julio ayudó todo lo posible a que se salvaran muchos judíos de la persecución nazi. (…)

Ya no se trata de que la represión la lleve el partido por su cuenta, como si fuera un poder autónomo del Estado. Se trata de que el mismo Estado asume comportamientos que le identifican con los de la Alemania nazi, pero mediante las instituciones tradicionales, o sea, en este caso, la policía.”

(Jorge M. Reverte: La División Azul. Rusia, 1941-1944. RBA, 2011. Págs. 113/07/109)

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