7/6/13

Tenía un amigo llamado Mac que estaba convencido de que todos los alemanes habían salido a matarlo a él personalmente

"DOCTOR GRAY 

Me di cuenta de que cada soldado tenía una relación particular con la muerte. Una de las más comunes era la relación cobarde, en la que la muerte es el mayor enemigo. Tenía un amigo llamado Mac que estaba convencido de que todos los alemanes habían salido a matarlo a él personalmente, y de que cada pedazo de tierra en el que estaba iba a ser el blanco de un obús o de una bomba. 

Murió un millar de veces en mi presencia. Solía dormir junto a mí e incluso en sueños era capaz de calcular si los obuses caerían en un radio de un par de kilómetros. 

Esta clase de relación es negativa. Lo contrario quizá sea el soldado temerario que prácticamente corteja a la muerte. En nuestro desembarco del sur de Francia, yo estaba encogido debajo de nuestro jeep, porque caían obuses alemanes alrededor de la lancha, y a través de la masa de cuerdas, correas y mecanismos vi a un capitán americano fumando un cigarrillo y echando la ceniza en el agua. 

Le miré la mano con fascinación. Ni siquiera le temblaba tanto como me tiembla a mí ahora. Tuve el deseo irracional de arrastrarme a través de los engranajes del vehículo, rodearlo y abrazar a aquel tipo; aunque nunca en mi vida he querido abrazar a un hombre.


(Richard Holmes: Un mundo en guerra. Historia oral de la segunda guerra mundial, ed. Crítica, Barcelona, 2008, págs. 539)

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