"En los márgenes del congreso se escuchan testimonios como los de Jerry
Givens, un exejecutor en el corredor de la muerte de Virginia, Estados
Unidos. “Me acostumbré a las ejecuciones y me preparé mentalmente para
hacerlo. Para mí era solo un trabajo”, dice este hombre que años después
de reflexión ha decidido combatir la pena de muerte. (...)
Souad El Khamal, cuyo marido e hijo murieron en la cadena de
atentados de Casablanca de 2003 en el que murieron 41 personas, explica
que tras el ataque “hubiera matado a los terroristas con sus propias
manos”, pero que tras años de duelo ha llegado a la conclusión de que la
pena de muerte no es la salida. “Mi marido era una bogado que creía en
los derechos humanos. Él no habría estado a favor. No es un perdón”,
considera El Khamal.
Los participantes coinciden en que el avance en contra de la pena de
muerte en las últimas décadas ha sido muy importante. En los últimos 40
años, se ha pasado de un 20% a un 70% de países que han abandonado al
pena de muerte. Aún así, al menos 682 personas fueron ejecutadas en 21
países en 2012.
Este número no incluye a los ejecutados en China que
podrán ser miles, según las estimaciones oficiosas. “Hemos llegado muy
lejos. Me parece increíble todo lo que hemos avanzado en estos 12 años
desde que yo salí desde el corredor de la muerte”, dice Joaquín José
Martínez, un español que escapó el corredor de la muerte en Florida hace
12 años." (El País, 12/06/2013)
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