6/4/11

"Me contestó que si se quiere eliminar una raza es fundamental también deshacerse de todas las generaciones"

"Los números de las deportaciones estaban escritos en un gráfico, detrás de su escritorio.

-¿Es cierto? -pregunta el fiscal israelí Gideon Hausner.

-Sí -contesta Adolf Eichmann.

-Entonces, ¿quiere decir que su sección sabía exactamente cuántas personas estaban siendo deportadas y hacia dónde?

-Sí, lo sabía. Yo tenía que informar sobre este tema.

He aquí un pasaje fundamental del juicio contra Adolf Eichmann -uno de los principales responsables del Holocausto- que tuvo lugar en Jerusalén en abril de 1961, hace ya 50 años. (...)

Eichmann, que murió ahorcado tras la condena a la pena capital que le fue impuesta en Jerusalén en 1962, fue un hombre decisivo en la maquinaria que hizo posible la eliminación sistemática de seis millones de judíos. Participó en todas las fases de la solución final, a través de la que Adolf Hitler y sus socios planificaron borrar cualquier rastro judío en Alemania.

Desde los informes de la Conferencia de Wannsee, hasta la organización de los trenes dirigidos hacia Auschwitz, toda la burocracia pasó por las manos de este hombre, que se convirtió posteriormente en el ejemplo más significativo del funcionario nazi, alguien que se limitaba a cumplir órdenes.

Su tarea y su psicología fueron finamente analizadas en el célebre libro de la filósofa Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal. (...)

"¿Qué es lo que más recuerdo del juicio? Quizás mi primer encuentro con Eichmann. Yo acababa de leer un libro donde se describía la crueldad con la que se asesinó a niños en los campos de concentración. Hablé de esto con él.

Me contestó que si se quiere eliminar una raza es fundamental también deshacerse de todas las generaciones. Desde un punto de vista lógico, su razonamiento era correcto". (El País, 06/04/2011)

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