25/1/11

La red eclesiástica del robo de niños durante el franquismo...


Una monja con la hija de Dolores Chumillas en 1978 en la clínica San Francisco Javier de Bilbao


Dolores Chumillas muestra la única foto que tiene de su hija

"El mes que viene cumplirá 33 años. No me dio tiempo a ponerle nombre, pero quería llamarla Desiré". Dolores Chumillas tenía 30 cuando dio a luz en la clínica San Francisco Javier de Bilbao en 1978. (...)

Obligada por sus padres, se casa con su novio y se traslada a Bilbao por el trabajo de él. Pero pronto empiezan los problemas. "Mi marido bebía mucho, tenía muchísimos celos". Un día rompe a llorar en la iglesia. "El cura de la parroquia, Francisco, me habló de una señora que tenía un piso de acogida y me podía ayudar", explica por teléfono desde su casa en Alcantarilla.

Embarazada de un mes, Dolores deja a su marido y se va a aquella casa. "Había 20 mujeres embarazadas, madres solteras. La mayoría eran gente bien así que yo me convertí en la fregona de todas: todos los días hacía las camas y la comida para todas. Lo pasé muy mal. Aquella mujer tenía varios pisos así en Bilbao. Era muy poderosa. Tenía una foto con el Papa en casa".

"El parto fue muy complicado. No volví a tener más hijos. Pero la niña nació hermosa, tres kilos ochocientos gramos. Una monja le hizo una foto y me la dio. Es la única que tengo de ella".

Dolores ya no volvió a ver a su hija. Luego tuvo información de que la habían vendido por 200.000 pesetas. A ella le habían hecho pagar 12.000 por el parto. "A los dos días de dar a luz me echaron de la clínica. Una monja me dijo que era mejor que la niña se quedara. Entonces no entendí que me la estaban quitando, no se me pasó por la cabeza.

Cuando volví a por ella, me dijeron que yo nunca había dado a luz allí, que mi nombre no estaba por ningún sitio. Una de las embarazadas que había en el piso me llamó y me dijo que a mi hija la habían vendido por 200.000 pesetas. No le pregunté cómo lo sabía. No le pregunté nada porque me quedé hecha polvo". (DOLORES CHUMILLAS Madre de niña robada: "Dijeron que yo nunca había parido allí". El País, 23/01/2011, p. 31)

"En el octavo mes de embarazo, la trasladaron a la clínica Santa Isabel, en Valencia. Era 1965.

"Di a luz en abril, una niña. Solo la vi un momento. Mi tía, que no podía tener hijos, quiso quedársela, pero las monjas la convencieron de que la dejara diciéndole que un día yo se la quitaría.

Quería quedarme con mi hija, pero mis padres y las monjas lo impidieron. Decían que era una vergüenza. Jugaron con la vida de los demás. Destrozaron la mía". (...)

En 1981 acompañó a su tía a la misma clínica a llevarse un niño. "Le dijeron que ella era muy mayor, pero que yo podía elegir niño o niña si quería".

En 2000, cuando Vicenta cumplió 50 años, su tía le confesó que no era la única mujer de la familia que no podía tener hijos. "Me contó que mi madre tampoco, y que ella había hecho las gestiones para recogerme en la misma clínica en la que después me habían obligado a mí a dejar a mi hija.

También me dijo que solían pedir 200.000 pesetas por niño". Las monjas le dijeron que no tenían archivos y que aunque los tuvieran no se los iban a dar. "Quiero encontrar a mi hija para contarle la verdad. Sus padres no tendrían que enterarse...". (VICENTA MORENO Niña comprada y madre obligada a dejar a su hija: "Aquellas monjas destrozaron mi vida". El País, 23/01/2011, p. 31)

"El abogado Enrique Vila, especializado en la búsqueda de padres biológicos -él mismo busca a su madre- y autor de Historias robadas (Temas de hoy) asegura:

(...) "El 10% restante son los hijos robados. Lo tienen muy difícil porque las instituciones religiosas -las que, en la mayoría de los casos, decidían con quién iba a estar mejor el bebé-niegan toda la información".

De cada 100 consultas que recibe en su despacho, 10 son de hijos falsos. "Era una trama muy bien organizada. Había captadores de padres y de niños.

Los proveedores de padres adoptivos eran mujeres con contactos sociales. Los proveedores de niños eran médicos, matronas, auxiliares y religiosos que realizaban un supuesto acto de caridad cristiana. La coacción a la que sometían a las mujeres era brutal". (El País, 23/01/2011, p. 30/1)

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