7/7/10

Narcos... policías...

"La búsqueda del don de Tivoli empezó el lunes y se prolongó hasta el miércoles. Las consecuencias de esos tres días son todavía muy visibles en el barrio. Es difícil encontrar una casa o un coche que no haya recibido un balazo; algunos edificios, como el mercado, están quemados y en las calles todavía quedan restos de trincheras improvisadas con sacos y neumáticos. Toda la zona está tomada por la policía y el Ejército de Jamaica, que deambula por el barrio con carros blindados. Aunque se permite la entrada de periodistas, es difícil recorrer sus calles sin que a cada paso un soldado o un agente pida la documentación o pregunte inútilmente por unos permisos que no proporciona ninguna oficina de Kingston. (...)

Uno de los militares asegura entender el cabreo de la población de Tivoli Gardens y explica que tuvieron que actuar con eficacia para repeler los ataques de la Shower Posse. "En realidad no fuimos muy agresivos. Dejamos que dispararan y sacamos a los que pudimos de las casas para evitar que fueran heridos. Podría haber sido peor".

Peor es un término demasiado inconsistente para describir la experiencia de Bryan. A unos 40 minutos en coche de Tivoli, en la parroquia de Portmore, el joven músico de 16 años cuenta que sobrevivió a los ataques gracias a una llamada telefónica. Prefiere ocultar tanto su nombre como su mote. Así que llamémosle Bryan. Lo que sigue es una reconstrucción de lo ocurrido en las primeras horas, según su relato:

"Poco después de las diez de la mañana del lunes sonaron los primeros disparos. Yo estaba con mis amigos en la calle. Vi un helicóptero que volaba muy bajo. Y luego recuerdo a un hombre que corría con la pierna sangrando. Nos tiramos al suelo, junto a una pared, y nos quedamos así un rato. Luego nos metimos en una casa donde había más gente.

Los soldados y la policía rodearon la ciudad y empezaron a buscar en los pisos. Entraron donde estábamos y encontraron armas y chalecos antibalas. Los policías nos preguntaban: ¿dónde está Dudus?, ¿dónde está Dudus? Después de eso nos llevaron a una calle donde había varios muertos y nos dijeron que cogiéramos los cuerpos y los apilásemos. Pillaron a un rasta y le dieron gasolina para quemar los cadáveres y eso es lo que hizo. A las doce de la noche llegó un policía al que llaman Bigger Ford -un Ford más grande-. Sacó la pistola y nos puso a los que estábamos allí en tres filas. Empezó a preguntar por El Presidente y nadie le decía nada. A mí me preguntó y yo le dije que no sabía, que yo era músico y no un gánster. Me puse a cantar para demostrárselo. Luego cogió un fusil y nos dijo que corriéramos. Eso hicieron algunos. Bigger Ford y otros policías empezaron a disparar contra ellos.

Yo me quedé quieto. La policía nos llevó a un campo y nos metió en una casa, a los cadáveres y a los que no salimos corriendo. Iban a quemarnos allí. Entonces sonó mi teléfono móvil. Era mi primo que me llamaba desde Londres. Bigger Ford lo cogió y le escuchó un rato. Luego colgó, me dio el teléfono y me dijo que me fuera. Creo que a los demás los quemaron porque me han dicho que la casa está incendiada". (El País, Domingo, 06 /06/2010, p. 6/7)

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