La actual oleada de violencia se inició con el enfrentamiento de jóvenes kirguizos y uzbecos el 10 de junio en un establecimiento nocturno de Osh, que es la segunda ciudad del país y próxima al vecino Uzbekistán. El resultado han sido pogromos, saqueos, incendios y destrucción de numerosos edificios públicos, comercios, centros de Internet, viviendas y coches.
En los barrios y localidades de la provincia de Osh donde convivieron kirguizos y uzbecos se consumaba ayer la división entre las dos comunidades, que se protegen respectivamente con grupos de autodefensa y que reciben refuerzos de otras zonas. En Bishkek, donde se oyeron tiros, los kirguizos se manifestaban y pedían medios de transporte para ir a Osh.
Para evitar la llegada masiva de kirguizos exaltados desde la capital de Kirguizistán, el Gobierno provisional bloqueó los accesos a Osh, además de enviar al Ejército, establecer controles en las carreteras y declarar el toque de queda tanto en Osh como en otras zonas de la provincia donde hay asentamientos uzbecos.
Osh está en el valle de Ferganá, una región de tradiciones agrícolas densamente poblada y que está dividida entre Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán. En 1990, cuando todavía existía la URSS, se produjeron allí graves enfrentamientos entre kirguizos y uzbecos en los que hubo centenares de muertos. Si el Ejército kirguizo enviado masivamente a la región no llega a controlar la violencia, una intervención internacional sería problemática." (El País, ed. Galicia, internacional, 12/06/2010, p. 5)
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