31/5/10

'O nos dices dónde está tu marido... o quemamos la casa con tus hijos dentro'

"El alcalde republicano y Secretario de la Federación de Trabajadores de la Tierra Modesto García, se escondió en el doble (bajo el tejado), y allí aguantó hasta el 31 de Agosto. Le contaban lo que estaba pasando, que estaban matando a todo el mundo, y no lo podía creer. Un vecino suyo vio por una ventana la ropa de él, y lo denunció.

A partir de entonces comenzó el acoso; los falangistas del pueblo se presentaban continuamente en la casa, la registraban de arriba abajo y no daban con él. Por fin el día 31 de Agosto se personó en la casa Jesús Vázquez de Prada, sobrino del nuevo alcalde Vicente. Vivía en Castroverde, donde su padre tenía una botica.

Pistola en mano, hizo salir a la esposa de Modesto, que estaba en la casa con sus cuatro hijos, todos ellos niños pequeños. La hicieron subir a un camión, diciendo que la llevaban a declarar a Medina de Rioseco. Al llegar al Teso Almenara, la hicieron bajar, la colocaron a un lado y la hicieron taparse los ojos, diciéndole que la iban a fusilar.

Tras esta escena, la volvieron a subir al camión y la llevaron a su casa. Allí encendieron unas teas, y estando los niños (y el marido) dentro, amenazaron con prender fuego a la casa, y la pobre mujer dijo por fin dónde estaba el marido, que fue detenido y llevado a Rioseco. Esta escena fue presenciada por muchos vecinos.

La mujer fue el día 2 a Rioseco, a la cárcel, a interesarse por su marido. Un guardia, conocido de la familia, le dijo que se pusiese en lo peor, pues lo habían sacado en un camión junto con otros 15 o 20. Todo señala que lo mataron en los Torozos.

La señora volvió llorando al pueblo. A continuación, la familia sufrió robos y violencia: un falangista del pueblo les tiró la puerta y les robó toda la matanza mientras les amenazaba. En días posteriores les robaron todas las provisiones que tenían. Les escupían y les insultaban. Los atacantes eran hombres hechos y derechos, y ellos, una mujer de 36 años y 4 niños de entre 12 y 3 años.

Tuvieron que abandonar su casa e ir a vivir con los abuelos maternos, que les protegieron y les ampararon, con lo que pudieron salir adelante." (www.represionfranquistavalladolid.org, 'Barcial de la Loma, 30/05/2010)

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