21/4/10

El peligro de ser diferente

"Cristina, una niña de 11 años, no paraba de recibir balonazos y tirones de pelo. Eso era lo cotidiano a la hora del recreo, pero lo que no esperaba ella es que una mañana, mientras una multitud jaleaba a los agresores, fuese arrastrada al baño, donde entre varios le enredaron la cadena del váter al cuello. "¡Rara! ¡Monstruo!", le gritaban mientras tanto. Cristina conoce ese episodio como "el peor día de mi existencia". (...)

Cristina, de la que años después se sabría que es una superdotada, (su cociente intelectual es de 173 puntos cuando la media es de 100), tuvo que acomodarse al ritmo escolar normal. (...)

Tras un periplo lastimoso por colegios e institutos de Logroño, en los que nunca llegó a adaptarse a la enseñanza ni a relacionarse bien con los compañeros, en 2005 se matriculó en el instituto público Mateo Sagasta. (...)

En clase se sentía un poco ridícula: todo lo que estudiaba se lo sabía. Acabó 4º de la ESO sin mayor problema, pero al siguiente curso coincidió en el centro con muchos de los alumnos que le habían vejado en aquel patio del colegio de monjas. Las amenazas se repitieron. En su taquilla aparecieron cartas anónimas y en el baño (de nuevo el lugar donde había vivido "el peor día de mi existencia") se veían unas pintadas con su nombre sobre un ataúd. La dirección del centro borró las pintadas, investigó, pero nunca se encontró al culpable. Cristina cayó en una profunda depresión, dejó los estudios y ella misma admite que intentó quitarse la vida. (...)

Uno de sus profesores, en un informe, explicaba lo siguiente: "Al destacar en los estudios, ha provocado diferentes reacciones: de crítica, de envidia, de indiferencia e incluso en algunos casos de agresiones físicas, porque saben que no va a utilizar la violencia para defenderse". (El País, Domingo, 04/04/2010, p. 12)

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