3/3/10

Torturadores sin castigo

"Nadie ha perseguido ni perseguirá a los políticos que dieron la orden de buscar todos los resquicios legales posibles para practicar torturas sobre los detenidos, empezando por el ex presidente Bush y siguiendo con su vicepresidente, Dick Cheney, y su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. El actual presidente, Barack Obama, señaló acerca de estas escabrosas cuestiones, pocas semanas después de llegar a la Casa Blanca, que no pensaba mirar hacia el pasado. (...)

Fueron los abogados de la Casa Blanca quienes, en vez de señalar a los políticos los límites de la ley, se dedicaron a forzar sus límites para dar a los interrogadores permiso legal para someter a los interrogados a largas privaciones de sueño, ahogamiento con agua hasta el límite de la asfixia, lanzamiento violento contra la pared o utilización intimidatoria de perros. Consiguieron, además, que juristas y políticos se enzarzaran en bizantinas e indecentes discusiones sobre los límites de la tortura.

La realidad se fue ocupando, en paralelo con los informes legales, de desbordar esas frágiles fronteras, puesto que los interrogadores que reciben este tipo de autorizaciones las interpretan como una carta blanca para actuar sobre los interrogados sin otro límite más que el evitar infligirles la muerte. De esta lamentable política contra los derechos humanos surgieron las torturas fotografiadas o filmadas de Abu Ghraib y las que no han dejado rastro perpetradas en las numerosas cárceles secretas abiertas por la CIA en distintos países. (...)

Ahora, el caso ha quedado zanjado favorablemente para los rábulas que justificaron las torturas, sobre todo John Choo Yoo y Jay Bybee, los dos juristas más preeminentes en estas sucias labores. El Departamento de Justicia ha decidido que no son "culpables de conductas incorrectas" a pesar de que utilizaron una forma de razonamiento legal errónea, por lo que no corresponde comunicar las faltas a sus respectivos colegios de abogados para que procedan a su castigo profesional." (LLUÍS BASSETS: Torturadores sin castigo. El País, ed. Galicia, internacional, 25/02/2010, p. 10 )

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