Nada se dice de las vidas perdidas a causa de esos pagos ni se menciona el alijo de armas proporcionado a los paramilitares por la sucursal colombiana de Chiquita (otro cargo del que Chiquita se declaró culpable).
Según el fiscal general de Colombia, Mario Iguarán, los pagos de Chiquita a los paramilitares “no fueron por protección, sino más bien por sangre; por la pacificación de la región bananera de Urubá”. Iguarán, nada liberal, toda vez que fue nombrado por el presidente Álvaro Uribe, calcula en cerca de 4.000 los civiles muertos a consecuencia de la ayuda de Chiquita a los paramilitares. Además, Iguarán ha declarado que el propio fenómeno de los ejércitos paramilitares, que ha sacudido a Colombia durante años y ha dejado un sinnúmero de asesinatos, violaciones y otras atrocidades, no habría sido posible sin la ayuda de compañías como Chiquita." (Sin Permiso, 24/01/2010, 'Supercriminales', de Dan Kovalik )
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