12/1/10

El castigo a los maestros

"El 18 de julio de 1936 sorprendió a los maestros españoles de vacaciones. Algunos historiadores no dudan cuando dicen que fue el colectivo más castigado por la represión franquista. Se les consideraba responsables de haber inoculado en la sociedad y en las mentes juveniles el virus republicano.(...)

El miedo más terrible se instaló en las escuelas y en las familias de los maestros. Los que no murieron fusilados tras el levantamiento militar pasaron en su exilio interior la más terrible purga profesional. El profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, Francisco Morente Valero, ha contado hasta 60.000 maestros depurados en su tesis titulada La Depuración del Magisterio Nacional, cuando muchos ya habían sido fusilados. Morente explica qué fueron tantos los que faltaron que muchos curas y algunos militares, hasta 2.500 alféreces, se hicieron cargo de la educación después de la guerra.
La periodista Mª Antonia Iglesias, rinde un homenaje a los docentes en su libro: Maestros de la República publicado en 2006. En él habla de este colectivo, como "figuras queridas pero también respetadas por los alumnos".
Apunta además, que "durante la guerra fueron fusilados 500 maestros y entre deportados, exiliados y apartados del magisterio hablamos de cerca de 25.000 represaliados.

Como homenaje a estos profesores y en representación de todos ellos, añado la biografía de Dióscoro Galindo, uno de los más conocidos por ser fusilado y enterrado con Federico García Lorca... llegó a impartir clases en el norte de España, Granada, Sevilla, Ciudad Real y, por último, en Pulianas, donde recuerdan que si un alumno llegaba triste a la escuela, Dióscoro iba a su casa para intentar solucionar el problema. No es de extrañar que las familias apreciasen al maestro, que ya por entonces era conocido como 'El cojo'. Sin embargo, los padres más conservadores veían con malos ojos que impartiera una educación laica y negara la existencia de Dios porque no podía palpar. Los incidentes con los altos cargos se sucedieron. Y fue precisamente el secretario del Ayuntamiento de Pulianas quien firmó la sentencia de muerte de El maestro cojo. (...)

Diósco García tenía 58 años cuando fue ejecutado entre Víznar y Alfacar. A su lado reposan los restos mortales de un poeta y dos banderilleros con los que tan sólo tuvo en común la muerte." (Tertulia Villera 2: Dióscoro Galindo y la represión contra los maestros republicanos. 08/01/2010)

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