8/4/09

"El atentado de ETA me blindó contra el odio"

"Su vida dio un vuelco el 19 de febrero de 2002, día en que conducía su Seat Ibiza gris matrícula 6436-BS de camino al centro de formación de Trapagarán (Vizcaya) donde trabajaba. Él solía revisar siempre los bajos de su coche, pero aquella mañana tenía prisa. A las 8.20, cuando le faltaban 200 metros para llegar a su destino, la bomba lapa estalló. Tuvieron que amputarle la pierna izquierda. A los pocos meses, su madre moría de un infarto. (...)

Los alevines del socialismo vasco, entre los que él se encontraba -acababa de ser elegido secretario de Política Institucional-, habían redactado una ponencia en la que se solicitaba un acercamiento de presos. En la que se planteaba la reglamentación de las consultas populares en Euskadi. Una línea muy distinta de la de la dirección socialista en aquellos días. (...)

Tres años después de aquel congreso, en 2002, ETA perpetraba el atentado. (...)

"En el momento en que sucede, mi compromiso se multiplica", asume el diputado por Vizcaya, que, contrariamente a lo que dicen tantos artículos y biografías, no era concejal de Deusto en aquel entonces. "Salgo reforzado en el compromiso. Con un rechazo total a lo que ETA me propone: el odio, las ganas de venganza, las ganas de irme. Y me lleva a un ejercicio de alquimia, que todavía no ha concluido, que es convertir el plomo en oro: que de esa mierda salga algo que refuerce mi vida. Aquel atentado me blinda contra cualquier tipo de odio, ETA es una factoría de odio. Yo salgo más generoso, más aceptador de la diferencia, de la pluralidad. Termino convirtiendo aquel escenario en una alerta de la importancia de las cosas en la vida, de la importancia del tiempo. Ojalá pudiera quitar aquel día. Pero es un capítulo fundamental de mi vida, casi de mi muerte; intento convertirlo en algo positivo para los días que me quedan por vivir". (EDUARDO MADINA: "El atentado de ETA me blindó contra el odio". El País, Domingo, 22/03/2009, p. 6/7)

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