"Nada más llegar a Madrid en autobús fui obligada a mendigar y más tarde a prostituirme en un parque cercano al Planetario, en la calle de Méndez Álvaro. Si me negaba, me pegaban. Después, me colocaron en un club de Alicante, donde también tenía que prostituirme y mantener relaciones sin preservativo. Un hombre me dijo que había pagado 1.000 euros por mí y que tenía una deuda con él. A mí no me daban nada del dinero que ganaba. Y si decía que no quería seguir trabajando en eso, me daban palizas".
Es el relato de una rumana que hoy tiene 17 años y que fue forzada a vender su cuerpo desde los 15. (…)
Las investigaciones han revelado que el grupo desmantelado compraba y vendía mujeres tratándolas "como ganado", sin el menor escrúpulo, según fuentes policiales. Si alguna de ellas no les resultaba útil, se la cedían a otros proxenetas a cambio de dinero. Su vesania llegaba a tal extremo que los delincuentes forzaron a alguna mujer a abortar para que así pudiera seguir trabajando y reportándoles beneficios. (…)
En agosto del año 2006, la policía desarticuló un grupo organizado similar al ahora desbaratado, después de que otra menor rumana denunciase que era obligada a ejercer la prostitución en un club de alterne de Orihuela (Alicante). La muchacha acusó a cuatro personas residentes en España que tenían contactos en Rumania para captar a mujeres. En su declaración, la menor aseguró que su entonces novio en Rumania la había traído a España engañada con la falsa promesa de que iba a trabajar como niñera, un empleo que jamás llegó a desempeñar.” (El País, ed. Galicia, Sociedad, 21-02-08, p. 44)
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