“Sí, lo reconozco”. Así anunció la periodista Lydia Cacho la detención del empresario Kamel Nacif Borge en Líbano, país al que el hombre había huido desde que hace dos años la Justicia mexicana emitiera una orden de busca y captura por su vinculación con los delitos de detención ilegal y tortura contra la cronista en 2005. Nacif, un poderoso empresario del sector textil, aparece en el centro de la trama de explotación sexual infantil que destapó Cacho en su libro Los Demonios del Edén.
“Testificando ante las autoridades libanesas por el arresto de Kamel Nacif Borge. El empresario tratante de niñas que orquestó mi tortura, compró niñas pequeñas para prostituirlas, lavó dinero y evadió al fisco en los Estados Unidos”, anunció la periodista el jueves por la noche a través de su cuenta de Twitter. Las autoridades libanesas han retirado el pasaporte a Nacif y se encuentra en libertad bajo fianza, según la información de la propia Cacho, que también ha anunciado que viajará a Líbano para la próxima audiencia, el 15 junio, para “demostrar cómo un empresario vinculado a las más altas esferas del poder mexicano se convierte en tratante de niñas y de adultas en la explotación laboral. Lavador de dinero, operador del Senado Mexicano”.
El juicio abierto contra Nacif se suma a la detención y encarcelamiento del exgobernador de Puebla Mario Marín en febrero de este año. Marín está acusado de ordenar las torturas y la detención ilegal de la periodista. El juicio contra el exgobernador es el primer caso de un alto cargo del Gobierno que es llevado ante los tribunales por un delito de tortura relacionado con la libertad de expresión de un periodista.
En su denuncia, Cacho apuntó a una red de explotación sexual de niñas y niños de entre cuatro y 14 años de edad a cargo de los empresarios Jean Succar Kuri y el propio Nacif. Lydia Cacho fue detenida arbitrariamente por un grupo de policías el 16 de diciembre de 2005 en Cancún (Quintana Roo) y trasladada en vehículo hasta la ciudad de Puebla. En el trayecto fue torturada y acusada de difamación por la Fiscalía de Puebla. La acción fue ordenada por el entonces gobernador Marín.
Su relación con los empresarios señalados fue destapada en flagrancia tras la publicación de una grabación en 2006 en la que el exgobernador le garantizaba impunidad a Nacif. Fue nada más comenzar su mandato. Nacif le agradecía que hubiese detenido a la periodista que le acusaba de participar en una red de explotación sexual infantil. Marín le aseguró al empresario que Cacho recibió “un pinche coscorrón”, no sin antes pedirle a su amigo “dos botellas de coñac” a cambio del favor y asegur que en Puebla “se respeta la ley”.
La
grabación fue un gran escándalo político de México, pero sin
consecuencias legales hasta pasados casi 15 años. La grabación fue uno
de los fundamentos para que un tribunal de Quintan Roo emitiera en 2019
órdenes de aprehensión en contra Mario Marín, Kamel Nacif y el
exdirector de la entonces Policía Judicial del estado de Puebla, Hugo
Adolfo Karam Beltrán. Años antes, y ante multitud de más denuncias por
acoso y amenazas de muerte, Cacho se vió obligada a salir de México y
refugiarse en el extranjero, desde donde continuó insistiendo en el
farragoso proceso judicial." (David marcial Pérez, El País, 14/05/21)
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