"José María Díaz y Díaz-Villamil, nació en
Cerdeiral (Lugo) en 1898. Trabajó como maestro en Vilameá, y como
Inspector de Primaria en Lugo. (...)
Ejerció como abogado en el Juzgado de Villalba cuando estableció su
residencia en Lugo en 1934. Fue elegido vocal de IR por Lugo, cargo que
ostentó hasta 1936, coordinando la actividad provincial del partido, a
la que se dedicó en cuerpo y alma, ofreciéndose para dar consulta
gratuita un día cada semana, en el local social de Lugo, a los afiliados
que lo necesitaran.
Se presentó con IR por el Frente Popular a la
elecciones de 1936, junto al PSOE e Unión Republicana, resultando
elegido diputado. Ocupó interinamente el cargo de Gobernador Civil en
Lugo hasta la llegada del nuevo gobernador José Antonio Fernández de la
Vega.
Cuenta Alfonso Camín en su libro “España a hierro y fuego”,
publicado en 1938, que al estallar la sublevación fascista en julio de
1936: «..sus amigos le dijeron que se escondiera en el monte: -¿Por qué?
¡Si yo no he hecho daño a nadie! El joven diputado estaba en la
higuera. No sabían que los delincuentes eran ahora los sentenciadores.
El no era un delincuente y no podía formar parte ni del tribunal ni de
las cuadrillas de matarifes. El iba a ser juzgado ¡Pero en 5 minutos! El
tiempo que lleva agarrar un hombre, atarlo a un árbol y acribillarlo a
tiros.
Villamil se escondió. Entonces se dio cuenta del buen consejo. Hasta
su refugio llegaban, todos los días, los nombres de los paisanos de
Ribadeo que iban matando como si fueran reses. Pasan las semanas, y
llegan a su conocimiento el número de vidas que van cayendo en el
contorno. Piensa en huir. Embarcar para América.
Su mujer es cubana.
Trata de arrebatarlo a las hienas. La ponen centinelas. No puede dar un
paso, cuyo rastro no sigan los podencos. Y llega la traición. La
traición que está en todas partes. En el aire, en la tierra. En los que
hemos creído nuestros mejores amigos. Un día le dicen a Villamil: “Todo
está listo para cruzar la frontera. Hay que ir por los montes. El guía
está en aquellos sembrados”. Y apunta hacia la niebla.
El diputado parte por senderos de atajo. Exactamente, el guía está
allí. “Hoy no se puede. Pudieran vernos. Aquí mismo le espero mañana”.
El diputado da la vuelta. Pero, apenas anda unos pasos, surgen de los
matorrales 30, 40, 50 “negros” armados que le disparan sus fusiles. El
hombre, herido y acorralado como una fiera, trata de esconderse en un
pajar. Lo rodean, lo acosan, lo rematan a tiros. El “guía” ha
desaparecido.
-Dejadlo ahí, que lo coman los lobos- gritan los verdugos “negros”. Y
se alejan dando saltos de júbilo, como las tribus salvajes. En el pajar
queda el cadáver del diputado.
Cuando les preguntan el motivo de la
muerte de Villamil, responden: -Se había elevado mucho. En Lugo, al
mismo tiempo, desvalijan su casa y su despacho de abogado. Su mujer, la
dama cubana, sin esposo y sin bienes, sin poder guardar luto, porque
implica delito, meses después parte desde Lisboa a La Habana. La familia
de Villamil fue toda despedazada. Los lobos “negros” mataron a 2
hermanos y a un cuñado del propio diputado de la República. -Diezmar es
crear- gritan los “salvadores de España..»
Tras su asesinato, a Díaz-Villamil se le aplicó expediente de
Responsabilidades Políticas, con una multa de por lo menos un millón de
pesetas. Tras el embargo sólo se consiguió 1150 pesetas en metálico y
diversos objetos encontrados sobre el cadáver y cantidades en cuenta
corriente." (Tulio Riomesta, 18/04/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario