"El Conde de Vallellano, Fernando Suárez de Tangil, Grande de España, fue
nombrado Presidente de la Asamblea Suprema franquista de la Cruz Roja
por Franco, desde Burgos, en septiembre de 1936 (1).
Nada más ganar la guerra, los franquistas promulgaron
una normativa antisemita de paso de fronteras, el 11 de mayo de 1939,
desde el departamento Nacional de Políticas y Tratados, que dirigía el
Conde de Casa Rojas, del Ministerio de Exteriores, siendo su ministro el
teniente general Francisco Gómez- Jordana, Conde de Jordana, y en donde
participaba también el ministerio de Gobernación, dirigido por el
antisemita Ramón Serrano Suñer (2).
Un día después, el 12 de mayo de 1939, el Conde de
Vallellano, nombra a Juan Manuel Agrela, Conde de la Granja, “Delegado
de la Cruz Roja con plenos poderes para todas las acciones de
repatriación de los civiles y militares residentes en los Campos de
concentración o Centros de refugiados en Francia…” (3)
Juan Manuel Agrela, Conde de Agrela, abriría dos
oficinas de la Cruz Roja, una en Irún y otra en Hendaya, para el trámite
de canje de prisioneros.
Además, fue nombrado, el 27 de junio de 1939,
Vicecónsul honorario en Hendaya, por el Cónsul, Fausto Navarro, con el
visto bueno del Ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Gómez-
Jordana, y el embajador en Paris, José Félix de Lequerica.
La firma de Fausto Navarro aparece en el visado de mi
abuela Rosa, (sello del Consulado de Hendaya), judía polaca a la que se
le aplicó la normativa antisemita de paso de fronteras de 11 de mayo de
1939, que pudo sortear al tener el aval franquista del Marqués de
Ibarra. Con ella, pasó mi madre, Ruth, y gracias a esto se salvaron del
Holocausto, y yo estoy aquí para contarlo, aunque a muchos les moleste
(4).
En ese momento, era Vicecónsul en Hendaya el conde de la Granja, que, a
la vez, compaginaba su puesto con el de delegado de la Cruz Roja, bajo
la autoridad de su Presidente y amigo, el Conde de Vallellano (5).
Éste fue cesado en enero de 1941, mientras que el Conde de la Granja
pasó a ser, a partir de noviembre de ese mismo año, jefe del Gabinete de
Información Internacional de la oficina central de la Cruz Roja (6).
La vida siguió para ellos llena de premios, medallas y reconocimientos; para eso habían ganado la guerra.
Pero, ¿cuántos judíos no pudieron pasar la frontera
por esa normativa antisemita que estuvo vigente hasta al menos 1942, y
acabaron exterminados? Nadie se ha molestado en estudiarlo.
La normativa, sigue sin estar anulada al día de hoy, a
pesar de mis protestas, ya que en los demás países europeos hace años
fueron anuladas las leyes antisemitas.
¡¡¡Eso sí es una infamia!!!!
Madrid, 30 de noviembre del 2018" (Cristina Calandre Hoenigsfeld, Crónica Popular, 01/12/18)
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