"(...) En una enjundiosa entrevista de fecha 15 de noviembre del pasado año con motivo del 40 aniversario de su muerte el historiador Ángel Viñas, autor de un libro reciente La otra cara del caudillo, nos
proporciona datos demoledores y esclarecedores sobre su presunto
patriotismo.
Viñas nos dice que su sombra es alargada, por lo que
todavía pulula un espécimen de historiadores con la pretensión de
rehabilitarle dándole una visión beatífica. Su figura no se ha estudiado
a fondo, ya que era ágrafo, y por ello falta documentación escrita,
básica para el trabajo del historiador.
Entró en guerra sin un duro, su
sueldo quedó congelado nada más iniciado su “alzamiento militar”, pero
al acabar la guerra tenía una fortuna de 32 millones de pesetas, el
equivalente a 388 millones de euros de hoy.
En cuanto a su procedencia
es variada: un regalo de 600 toneladas de café del dictador brasileño
Getúlio Vargas para el pueblo español, vendido por un total de 7,5
millones de pesetas, acabó en su cuenta corriente; igualmente se apropió
de las donaciones realizadas a su bando, como una de 100.000 pesetas
que pasó a su cuenta el 23 de octubre de 1936; traspasos mensuales de
10.000 pesetas desde Telefónica a su cuenta.
Todo esto lo consideró,
según Viñas, botín de guerra para cubrirse las espaldas ante un futuro
incierto. Al acabar la guerra y sentirse seguro, empezó a invertir, pero
siempre con figuras interpuestas, en todo un ejemplo de opacidad.
Franco estuvo siempre obnubilado por la figura de Hitler, del que tomó
prestada la idea del líder supremo, lo que significa ser fuente del
Derecho, ya que él era la ley.
Su ansia por acercarse al Tercer Reich le
animó a firmar el Tratado de Amistad y Cooperación Hispano alemana,
para que Hitler le ayudara a reconquistar Marruecos, Orán y Gibraltar.
Llegó a estar convencido de ser el único capaz de interpretar los
intereses de España. Extraordinariamente sagaz para manipular a su gente
y ser siempre el centro.
Supo adaptarse a las circunstancias
cambiantes: nazi cuando le interesó, se acercó luego a los americanos
presentándose como anticomunista. Termina Viñas advirtiéndonos de que
España todavía no ha puesto a Franco en su sitio, ni ha ajustado las
cuentas con su dictadura extraordinariamente sangrienta, debido a que
la sociedad española se resiste. (...)" (Cándido Marquesán Millán, Nueva Tribuna, 17/12/16)
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