12/1/17

Un regalo de 600 toneladas de café del dictador brasileño Getúlio Vargas para el pueblo español, vendido por un total de 7,5 millones de pesetas, acabó en la cuenta corriente de Franco... igualmente se apropió de las donaciones realizadas a su bando

"(...) En una enjundiosa entrevista de fecha 15 de noviembre del pasado año con motivo del 40 aniversario de su muerte  el historiador Ángel Viñas, autor de un libro reciente La otra cara del caudillo, nos proporciona  datos demoledores y esclarecedores sobre su presunto patriotismo. 

Viñas nos dice que su sombra es alargada, por lo que todavía pulula un espécimen de historiadores con la pretensión de rehabilitarle dándole una visión beatífica. Su figura no se ha estudiado a fondo, ya que era ágrafo, y por ello falta documentación escrita, básica para el trabajo del historiador. 

Entró en guerra sin un duro, su sueldo quedó congelado nada más iniciado su “alzamiento militar”, pero al acabar la guerra tenía una fortuna de 32 millones de pesetas, el equivalente a 388 millones de euros de hoy. 

En cuanto a su procedencia es variada: un regalo de 600 toneladas de café del dictador brasileño Getúlio Vargas para el pueblo español, vendido por un total de 7,5 millones de pesetas, acabó en su cuenta corriente; igualmente se apropió de las donaciones realizadas a su bando, como una de 100.000 pesetas que pasó a su cuenta el 23 de octubre de 1936; traspasos mensuales de 10.000 pesetas desde Telefónica a su cuenta. 

Todo esto lo consideró, según Viñas, botín de guerra para cubrirse las espaldas ante un futuro incierto. Al acabar la guerra y sentirse seguro, empezó a invertir, pero siempre con figuras interpuestas, en todo un ejemplo de opacidad. Franco estuvo siempre obnubilado por la figura de Hitler, del que tomó prestada la idea del líder supremo, lo que significa ser fuente del Derecho, ya que él era la ley. 

Su ansia por acercarse al Tercer Reich le animó a firmar el Tratado de Amistad y Cooperación Hispano alemana, para que Hitler le ayudara a reconquistar Marruecos, Orán y Gibraltar. Llegó a estar convencido de ser el único capaz de interpretar los intereses de España. Extraordinariamente sagaz para manipular a su gente y ser siempre el centro. 

Supo adaptarse a las circunstancias cambiantes: nazi cuando le interesó, se acercó luego a los americanos presentándose como anticomunista. Termina Viñas advirtiéndonos de que España todavía no ha puesto a Franco en su sitio, ni ha ajustado las cuentas con su dictadura extraordinariamente  sangrienta, debido a que la sociedad española se resiste. (...)"              (Cándido Marquesán Millán, Nueva Tribuna, 17/12/16)

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