15/4/15

El artillero que disparó el primero y el último cañonazo de la guerra civil

"(...) Urbano Orad de la Torre fue un militante socialista, el que dio el primer cañonazo y el último del bando republicano en la Guerra Civil. Fue uno de los héroes del asalto al Cuartel de la Montaña, la primera victoria republicana. Fue encarcelado, indultado de la pena de muerte, liberado y vuelto a procesar, acusado de tratar de recomponer el PSOE

 Fue detenido muchas veces durante el franquismo, siempre leal a sus ideas socialistas, despojado de su condición de militar y expulsado del cuerpo de Obras Públicas. Salvó la vida de muchos rivales o enemigos en la guerra, y obtuvo el reconocimiento de propios y ajenos. (...)

19 de julio de 1936, un día después del golpe de Estado de Franco. El capitán de artillería Urbano Orad, recién alistado en el bando republicano, se presenta en el parque de artillería de Madrid y se lleva dos de los pocos cañones que funcionaban al Cuartel de la Montaña, donde el general insurgente Joaquín Fanjul se había atrincherado junto con un grupo de cadetes militares y falangistas.  

Sus proyectiles fueron decisivos para romper la defensa del cuartel, pero se fue llorando a su casa. Más tarde, plasmó su sensación de aquel día en el diario que escribió en la cárcel: “Ni la victoria conseguida ni mi ideología pueden evitarme el inmenso dolor que siento ahora mismo al ver muertos a militares como yo, compañeros de la academia, de guarnición, aunque estuviéramos en desacuerdo político. Hace tanto calor y la luz es tan viva que lo que estoy viviendo me parece irreal”.  (...)

María Castaño tenía a uno de sus hijos, Vicente, atrapado en un sanatorio del lado republicano en el frente de Guadarrama. Otro de sus hijos, el piloto Joaquín García-Morato, del bando franquista, se convertiría al final de la contienda en el aviador con más derribos del conflicto y el más famoso de la historia de España. 

Urbano Orad no dudó en sacar a Vicente de allí. Y cuando tras la guerra, Orad fue condenado a muerte, la madre del héroe franquista no dudó en acudir día tras día al despacho del ministro del Ejército, José Enrique Varela, hasta conseguir el indulto para Orad, en 1944.

1939. Tras asumir el mando de la 20ª División del Ejército republicano, emplazado en Andújar (Jaén), terminó la guerra obligado a entregar Almería, de cuya plaza era el comandante, a sus superiores, para que estos la rindieran al bando ganador. Pero antes se permitió lanzar los dos últimos cañonazos republicanos del conflicto al buque Cánovas del Castillo, que entraba por la bocana del puerto para ayudar a los rebeldes.

 Después se quedó a esperar su arresto. “Siempre tuve alrededor personas a las que garanticé la vida sin dejarles actuar, porque eso hubiera sido traicionar lo mío”, le contó a Sergio Vilar en Protagonistas de la España Democrática. La Oposición a la Dictadura Franquista 1939-1969.  (...)

Jamás renunció a sus ideas ni se retractó durante su aparente libertad de la posguerra. Siempre le precedió su talante humanitario y le fue reconocido por personas de todo signo político. Estuvo preso en Almería y en Sevilla. En esos años padeció las humillaciones reservadas a los perdedores. 

Retuvo en su memoria a un funcionario sádico que, al leer la lista de una de las famosas sacas (selecciones) de presos que iban a ser fusilados ese día, se detuvo adrede tras pronunciar el apellido García y dilató la lectura del segundo apellido para mantener en un suspense de muerte a los dos García que esperaban no ser los elegidos ese día. 

Orad salvó su vida pero perdió casi todo lo demás. Le dejaron a él y a su familia indefensos ante la vida, ya de por sí extremadamente dura en la posguerra. “Mi padre siempre decía que te pueden quitar de todo menos lo que sabes”, recuerda José Orad.   (...)

 Como artillero, su padre sabía mucho de matemáticas. Comenzó a dar clases en una academia y, poco después, fundó su propio centro en Sevilla, especializado en las pruebas de acceso a las carreras universitarias técnicas. Cuando cerró la academia, en 1978, miles de alumnos y alumnas habían pasado por sus aulas y habían esparcido su fama. 

Se permitió el lujo de impartir enseñanza mixta sin separación entre hombres y mujeres, algo casi imposible en aquella época. Reclutó como profesores a otros republicanos represaliados con conocimientos técnicos, pero también fichó a los jóvenes recién licenciados con los mejores expedientes académicos.  (...)"            

Las personas del bando contrario a las que ayudó Urbano Orad

Teniente Coronel  J. Borbón de la Torre. Lo puso en libertad tras ser internado en la cárcel de San Antón (Madrid).
Catedrático Carlos Fitera. Lo puso en libertad tras ser internado en la Dirección General de Seguridad.
Vicente García Morato. Hermano de Joaquín García Morato, el aviador con más derribos de la contienda, enrolado en el bando insurgente. Lo trasladó desde Cercedilla, en el frente de Guadarrama, donde se encontraba internado en un sanatorio, hasta Madrid. Con ello salva la vida al evitar represalias incontroladas. La madre de ambos salvó la vida a Orad.
Ponce de León. Cadete cuyo nombre se ignora. Según Urbano Orad,  lo arrancó de un grupo de milicianos que estaban a punto de fusilarlo tras el asalto al Cuartel de la Montaña de Madrid. Lo hizo trasladar a la Dirección General de Seguridad.
José García Nieto. Falangista y poeta. Impidió su traslado a otra prisión desde la de San Antón de Madrid, lo que contribuyó a salvar su vida por las posibles represalias incontroladas.
José Isbert. El genial actor español pidió su escolta en Andújar (Jaén), donde temía por su seguridad y la de la función durante la representación de una obra de Muñoz Seca en 1938. Orad acudió a la obra vestido de uniforme cuando estaba al mando de la 20ª División del Ejército republicano."                    (La Marea, 14 de abril de 2015)

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