19/6/12

"Era Margarita la que solía llevarle comida y ánimos, "y lo siguió haciendo con su hermano Luis tras el asesinato de Antonino y Demetrio"

"La vida de Margarita Bilbatúa estuvo condicionada por el estallido de la Guerra Civil y la represión franquista, pues sus tres hermanos fueron asesinados pocas semanas después del 18 de julio de 1936. Mientras los tres hermanos Bilbatúa, destacados militantes socialistas, estaban detenidos en la cárcel, era Margarita la que solía llevarle comida y ánimos, "y lo siguió haciendo con su hermano Luis tras el asesinato de Antonino y Demetrio".

Antonino y Luis eran funcionarios de Telégrafos, mientras que Demetrio regentaba un próspero negocio de fotografía en la calle del Príncipe, denominada entonces calle Galán, donde también tenía su domicilio. Al frente de ese negocio está hoy José Luis, uno de sus sobrinos nietos.

El 15 de septiembre de 1936 al llegar como siempre con la cesta con comida, un guardia civil le informó que su hermano fuera sacado de la cárcel esa misma noche. "Su impotencia ante una nueva muerte en la familia hizo que discutiera con el guardia que le dijo que dejara la cesta, que se lo comerían ellos. Forcejearon y el resultado fue que el agente se precipitó por las escaleras lastimándose al caer". 

El temor a las consecuencias de este suceso hizo que se comportara como una proscrita, ocultándose por el temor a ser detenida. Pocos días después huyó de Vigo con su madre partiendo hacia Barcelona, desde donde pasaron a un campo de refugiados en el sur de Francia.

De ahí a París, donde se cuenta en la familia que llegó tan deprimida que intentó suicidarse arrojándose al Sena, "acción que fue impedida por un ciudadano que pasaba por la zona y le facilitó un trabajo de modista en un taller, pues había hecho cursos de Corte y Confección". 
Al estallar la Segunda Guerra Mundial no se sentía segura en París y con los ahorros conseguidos partió para México con su madre, instalándose en la capital federal, donde también encontró trabajo como modista en una tienda de la que llegó a ser propietaria. (...)

La primera visita fue a finales de los años cincuenta, la segunda bien pasados los sesenta y la última en 1975. Su familia asegura que a pesar del paso del tiempo reconocía que aquí no se sentía segura.

En las ocasiones que estuvo en Vigo mantuvo reuniones familiares y su sobrino nieto Constantino Mein la recuerda como una mujer alta, fuerte, con mucho mundo y carácter fuerte.
El Concello le dedicó una calle en marzo de 2008."           (Faro de Vigo, 10/06/2012)

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