2/1/12

El hambre fue el método más frecuente de asesinato en masa en los años treinta y cuarenta, "antes que las balas y el gas"

"Los crímenes de Stalin se asocian con Rusia y los de Hit-ler con Alemania, pero la zona más mortífera de la Unión Soviética fue su periferia no rusa, mientras que los nazis mataban generalmente fuera de Alemania.

"Se suele identificar el horror del siglo XX con los campos de concentración, pero no fue en ellos donde murió la mayor parte de las víctimas de los dos regímenes", explica el historiador Timothy Snyder (EEUU, 1969) en Tierras de sangre. 

Europa entre Hitler y Stalin, ensayo publicado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. "Ese malentendido en cuanto a los lugares y a los métodos de los asesinatos en masa nos impide percibir todo el horror del siglo XX", asegura.

Los crímenes de Stalin se asocian con Rusia y los de Hit-ler con Alemania, pero la zona más mortífera de la Unión Soviética fue su periferia no rusa, mientras que los nazis mataban generalmente fuera de Alemania.

"Se suele identificar el horror del siglo XX con los campos de concentración, pero no fue en ellos donde murió la mayor parte de las víctimas de los dos regímenes", explica el historiador Timothy Snyder (EEUU, 1969) en Tierras de sangre. Europa entre Hitler y Stalin, ensayo publicado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.

"Ese malentendido en cuanto a los lugares y a los métodos de los asesinatos en masa nos impide percibir todo el horror del siglo XX", asegura.

 Esta historia de asesinato político en masa recalca que en los campos de concentración alemanes murieron "en torno a un millón de personas sentenciadas a trabajos forzados". Snyder reconoce que no puede hacerse una distinción exacta entre los campos de concentración y los centros de exterminio, porque también en los campos se ejecutaba o se mataba de hambre a las personas.

Pero aún así distingue: en las cámaras de gas, en las zonas de hambre y en los campos de exterminio alemanes "murieron diez millones de personas".

En cuanto al gulag: un millón de vidas truncadas por agotamiento y enfermedades, entre los años señalados. Pero en los campos de exterminio y las zonas de hambre soviéticas murieron seis millones de personas, de las cuales unos cuatro millones perecieron en estas tierras de sangre.

"El 90% de los que entraron en el gulag salió con vida. La mayoría de los que entraron en los campos de concentración alemanes también sobrevivió", defiende atrevido Snyder en el libro, para quien hay una diferencia entre "ser sentenciado a un campo y ser sentenciado a muerte, entre el trabajo y el gas,entre la esclavitud y las balas". (...)

El hambre fue el método más frecuente de asesinato en masa en los años treinta y cuarenta, "antes que las balas y el gas". La cuarta parte de las 14 millones de víctimas fue asesinada, según Snyder, antes de que empezara la II Guerra Mundial. La inanición, verdadera arma de destrucción masiva.

"El hambre es una manifestación terrible del control político. Se requiere una gran cantidad de poder para conducir a un pueblo a la inanición", reconoce el profesor en la Universidad de Yale a Público.(...)

 Según sus cálculos, el régimen estalinista asesinó a unos seis millones de personas deliberadamente y el régimen nazi a 11 millones. "Si añadimos a todas estas personas aquellas que perecieron por enfermedad o hambre en los campos de concentración, el número aumenta a alrededor de nueve millones de personas más para los soviéticos y unos 12 millones para los alemanes", aclara el historiador. Naturalmente, a esos números estremecedores hay que sumar la muerte de los militares.

"Estas son una responsabilidad alemana", señala Snyder para destacar la liquidación nazi. Curiosamente, esta fue también la parte del mundo más mortífera para los soldados: alrededor de la mitad de las bajas militares de la contienda cayeron allí.

Belzec, Sobibor, Chelmno, Treblinka, Auschwitz y Majdanek, territorios del mal. Lugares en los que se aceleró el exterminio judío a partir de 1941, cuando la guerra no iba como Hitler había imaginado. Y todavía podía haber sido más horrible: la versión original de la "solución final" de Hitler debía tener efecto después de la guerra.

Con la victoria, preveía la aniquilación de "30 millones de civiles, que habrían muerto de hambre durante el primer invierno". "El riesgo de asociar esto al mal es que lo deshumanizamos y dejamos de entender lo que los humanos son capaces de hacer", advierte.

Por si todo esto fuera poco, por si se pensaba que las fotografías y filmaciones de los campos de concentración alemanes eran la cúspide del espanto, Timothy Snyder las califica de "atisbo" del pánico. Porque nadie pudo dar testimonio de las "tierras de sangre".

"Las fuerzas británicas y estadounidenses liberaron campos de concentración alemanes como Belsen y Dachau, pero nunca llegaron a ninguno de los centros de exterminio importantes", añade, para señalar que la verdadera dimensión de las matanzas ha tardado en llegar y otras se han perdido.

Los crímenes del estalinismo quedaron sin documentar y las fuerzas aliadas "nunca vieron ninguno de los lugares donde los alemanes perpetraron sus masacres". Y, aún así, nadie puede olvidarlos."                   (Público, 02/02/2012)

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