14/3/11

La casa refugio de Binucha. Una familia de Narón ocultó en su casa durante años a perseguidos por la dictadura


Benigna Díaz Corral, frente a la casa de Cornido, en Narón, donde ayudaba a refugiarse a perseguidos políticos por la dictadura

"Su padre, Rudesindo Díaz, construyó un zulo en la bodega bajo el banco de carpintero donde se ocultaban los perseguidos. Su madre, Benigna Corral, les lavaba la ropa y caminaba kilómetros para comprar bollas de pan en otras parroquias para que nadie se percatase de que alimentaba a demasiadas bocas.

A su hermano, Sindo Díaz, lo ejecutaron contra las paredes de su casa en 1954 por ayudar a escapar al mítico guerrillero mugardés Pancho Martínez Leira.

A ella, cómplice valiente de los suyos, la sorprendió la Guerra Civil con 12 años. Su juventud no impidió que fuera detenida e interrogada durante los años más duros de la posguerra. Cargó con el sufrimiento de su familia y de muchas otras, que pusieron en el refugio de su casa de Cornido, en la parroquia naronesa de O Couto, su última esperanza de una vida libre. (...)

A sus 86 años no le falla la memoria para revivir los días más duros. "Recuerdo el miedo, pero también pequeñas alegrías. Había muchos escapados y pocas casas que los ayudaran.

Apenas la nuestra y otras dos de A Faísca y O Feal, además del médico de Mercé, que curó a muchos", cuenta. Explica que en su casa solían refugiar a tres o cinco personas, que protegían con un muro de discreción y silencio. (...)

La historia de Binucha, sus padres y su hermano Sindo se hubiera diluido en el olvido sin el empeño del dibujante Siro López por darle eco a la memoria de su propia familia, protegida por la de Rudesindo.

Celita, una hermana mayor del escritor ferrolano, volcó los recuerdos de la familia López en una larguísima carta a su amiga Binucha que se publicó como Héroes esquecidos, el primero de los ocho relatos que dan forma a Retallos da Memoria I, un pequeño volumen que la asociación ferrolana Memoria Histórica Democrática editó en 2007 para rescatar algunas de las voces silenciadas durante cuatro décadas de dictadura.

"Fuisteis para nosotros mucho más que buenos samaritanos. Nos disteis de comer y beber, nos acogisteis como amigos y sentisteis como propia, nuestra angustia", escribió Celita a Binucha. A lo largo de 21 páginas, se cuenta como el matrimonio de O Couto ayudó a otras familias a ocultarse y huir.

Rudesindo Corral era carpintero y amigo del padre de Siro López, albañil afiliado a la UGT y actor aficionado que, tras la Guerra Civil, peregrinó durante "tres años y tres meses" por las cárceles de San Felipe (Ferrol) y A Coruña por su fervor teatral de "marcado carácter político-social".

La madre de Siro se refugió con sus hijos en Cornido bajo el ala protectora de Rudesindo. Celita cuenta como Binucha y Sindo era cómplices de sus padres haciendo de "recaderos" de llevar noticias a las madres y esposas de los huidos.

Algunos lograron exiliarse y cada huida era un triunfo. Recuerda a Salgado, un hombre que se ocultó durante mucho tiempo en el zulo y luego regresó con su familia. "Murió en su casa muchos años después y siempre escondido", lamenta. (...)

Su familia también vivió momentos de angustia cuando a un joven guerrillero se le ocurrió disparar la pistola y el estruendo puso a una pareja de la Guardia Civil sobre la pista del lugar donde se ocultaba.

Cuando los padres de Binucha enfermaron y fallecieron, ella y su hermano Sindo tomaron el relevo de la casa de O Couto. A Sindo lo sorprendió la muerte el 19 de noviembre de 1954 con 28 años. La Guardia Civil sitió la casa y localizaron al guerrillero Pancho, que se defendió a tiros.

Malherido, logró escapar -murió un mes después- y en represalia, ejecutaron a su amigo y protector. "Lo llevaron a rastras a la parte de atrás. Nunca os dejaron ver el cadáver. El destino no se portó bien ni con Pancho ni con Sindo. Nosotros, estamos en deuda con vosotros", termina la misiva." (El País, Galicia, 12/03/2011, p. 8)

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