9/9/10

En Francia la crispación identitaria, manifestada ahora con la expulsión de los gitanos, viene de arriba

"¿Se trata, pues, de un fracaso total de la integración a la francesa? De ninguna manera, aunque quede mucho por hacer, sobre todo respecto a los jóvenes desempleados y sin educación de las banlieues. Nos encontramos, más bien, ante la fabricación de un chivo expiatorio. "Desde 2007, las decisiones tomadas por las máximas instancias del Estado enturbian todo y agudizan las tensiones", escribe Patrick Weil.

La crispación identitaria viene de arriba, orquestada por las campañas sin justificación alguna sobre la identidad nacional o por la creación del Ministerio de Inmigración, todo ello salpicado de pequeñas expresiones discriminatorias e incluso racistas por parte de quienes deberían dar ejemplo y no evocar los fantasmas de otras épocas.

"¡Pensémoslo! Aquel a quien se castiga no es quien ha cometido el delito. Es siempre el chivo expiatorio". Friedrich Nietzsche. (...)

En cuanto a Francia, tal vez enferma de identidad pero, sobre todo, de un Gobierno maniqueo y obsesionado por la reelección, sigue siendo, con todo, "el país de Europa con más budistas, judíos y sobre todo musulmanes, ateos y agnósticos", escribe el historiador y politólogo Patrick Weil. El país en el que la adhesión al principio de laicidad es más elevado y el sentimiento de pertenencia a una misma nación más fuerte que en ningún otro lugar de Europa, según el Pew Research Center.

"En el Reino Unido, solo el 7% de los musulmanes se sienten británicos por encima de todo, mientras que en Francia son un 42% los que se sienten sobre todo franceses, incluso sin serlo oficialmente".

Es también, según un sondeo de The Financial Times-Louis Harris, el único país de Europa en el que la mayoría de los musulmanes (74%) tiene una opinión favorable de los judíos y el único en el que la mayoría de la población (69%) dice tener uno o varios amigos musulmanes, frente al 38% de los británicos y el 28% de los estadounidenses. (...)

Ahora bien, la política incalificable del Gobierno francés no impide ver lo que ocurre en otros lugares. Según los datos del diario Le Figaro, de los 500 millones de ciudadanos europeos, aproximadamente 10 millones son "gitanos". En 2008, Italia empezó a fichar a los habitantes de los campamentos de nómadas y a tomarles las huellas digitales. En Alemania, existe la orden de expulsar "por etapas" a unos 10.000 romaníes sin permiso de residencia.

En el Reino Unido, se proyecta la creación de una nueva figura delictiva que permitiría a los policías detener a quienes se nieguen a expulsar de sus tierras a los 200.000 gypsies que las ocupan de forma ilegal. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado a la República Checa por matricular obligatoriamente a los niños gitanos en escuelas especiales para discapacitados mentales. Pese a las ayudas sociales de la UE, en 2008 la ONU reclamó a Atenas que tomara "medidas urgentes" para mejorar la "desesperada" situación de los gitanos.

En Suecia, los gitanos son una minoría reconocida, pero el 80% de los adultos están en paro y la mayoría de los niños no acaba la educación primaria. España es el país que sale mejor parado: el Plan de Acción para el Desarrollo de la Población Gitana 2010-2012, con un presupuesto de 107 millones de euros a lo largo de tres años, prevé acciones en materia de "educación, sanidad y vivienda, así como a favor de las mujeres" para los 800.000 gitanos que viven en el país. (...)

Sin embargo, el 18 de agosto el editorial de Le Monde condenaba con más firmeza que de costumbre la política "cínica de un jefe de Estado que parece querer, ante todo, asegurarse la victoria en 2012. El presidente construye ese mismo muro. El de los prejuicios, los estereotipos, los enemigos interiores. Con su brutalidad física y verbal, el poder cierra la puerta a toda reflexión inteligente". (...)

En Francia, todo comenzó en julio de 2010 cerca de Orleáns. Unos franceses de la comunidad gitana saquearon una gendarmería e hirieron a los agentes después de que muriera en un tiroteo uno de los suyos. El jefe del Estado respondió ordenando la expulsión inmediata de varios miles de rumanos de la comunidad gitana a su país.

Muchos aceptaron el viaje y los 400 euros que les ofrecían, porque saben que pueden volver dentro de unos meses, con Rumania dentro del espacio Schengen de libre circulación. Pero la campaña contra ellos se extendió a las "personas itinerantes". Una andanada de afirmaciones e intenciones discriminatorias y racistas fue difundida por los ministros Hortefeux y Besson, así como por el presidente Sarkozy.

Se habla de "desnaturalizar" a las personas de origen extranjero. Se anuncia la revocación de la nacionalidad francesa para personas "naturalizadas" o para personas nacidas en Francia de padres de origen extranjero, además de otras medidas delirantes que exigen a los franceses nacidos en el extranjero, o de padres franceses nacidos en el extranjero, que ofrezcan "pruebas" de su nacionalidad francesa para la simple renovación de su documento de identidad." (NICOLE MUCHNIK : El chivo expiatorio. El País, ed. Galicia, Opinión, 08/09/2010, p. 29)

"Esto es nada menos que una infamia contra un colectivo humano convertido así en pasto del odio despreciativo de una parte de la opinión pública francesa. Una población que ha sido vinculada desde ese momento a la delincuencia, la inmigración salvaje, la inseguridad y la violencia; en definitiva, a lo que compone el conjunto de miedos y fantasmas de una sociedad en crisis. Esta operación mediática fue concebida inmediatamente tras el fracaso estrepitoso del Gobierno en las regionales de 2010.

Preparada administrativamente mediante tres circulares a partir de junio y puesta en la órbita policial en verano, esta estrategia llevó el 9 de agosto al ministro del Interior a pedir a los prefectos en la tercera circular que le informaran "de antemano de toda operación de evacuación que revista un carácter importante o susceptible de generar una repercusión mediática".

Todos conocemos los motivos, o más bien el motivo, de una agresión como esta. Enfrentado a una crisis de confianza duradera de la opinión pública al haber perdido el apoyo del electorado de extrema derecha que le permitió ganar las presidenciales de 2007, el presidente quiere ahora hacer volver a su redil a los simpatizantes del Frente Nacional. Si esta parte de la opinión pública le falla, no tendrá posibilidades de vencer en las presidenciales de 2012. Pero todos los sondeos revelan que esta no se dejará convencer tan fácilmente, pese a que la agitación xenófoba de este verano le ha hecho ganar algunos puntos." (SAMI NAÏR: Gitanos . El País, internacional, 25/09/2010, p. 8)

No hay comentarios: