15/12/09

Un "escapado"


Alejandor Porto y su esposa Gloria Santos, en la playa de Santa comba, en Ferrol

"Hijo de un médico, hermano de un falangista, esposo ausente, republicano convencido y alcalde combativo, fue perseguido hasta la muerte y sepultado en una playa de Valdoviño donde nunca fue hallado. Descubierta por casualidad detrás de un viejo mueble donde permaneció oculta durante décadas, la historia de Alejandro Porto Leis, el último alcalde republicano de Serantes (Ferrol), ha dejado de ser un secreto. Y con él, las vidas de Modesto del Río, Xesús Miño y Avelino Landeira, los tres amigos que lo protegieron durante dos años de huidas y silencios. Los cuatro fueron fusilados sobre la arena de A Frouxeira el 2 de febrero de 1938. Cuentan sus descendientes que los falangistas buscaron "un castigo ejemplar", ya que así consta en la causa. (...)

Paulino Gasalla, casado con una sobrina-nieta de los Porto Leis, se topó hace cuatro años con un pequeño paquete de documentos y recortes que el último alcalde de Serantes ocultó tras el alzamiento franquista del 36 detrás de un aparador en casa de su suegra. Su minuciosa investigación de aquellos hechos sirve de hilo conductor a esta producción que revive la azarosa vida de Alejandro Porto Leis (Serantes, 1887), y de su hermano Eliseo, hijos del galeno del pueblo y enfrentados políticamente desde la juventud. (...)

Las elecciones del 31 lo auparon a la alcaldía de Serantes, un municipio indepediente que fue anexionado a Ferrol en 1941. Se casó con Gloria Santos y poco después fue detenido y condenado por rebelión militar en plena II República a cuenta de un revólver que guardaba en su casa. El Frente Popular lo amnistió pero en julio del 36, Alejandro Porto Leis se echó al monte. Pasó casi dos años durmiendo al raso, en un zulo de Santa Marina o en cuevas de Cobas y San Xurxo, auxiliado por la red protectora que tejieron sus tres amigos. Estaba enfermo, buscó la ayuda de un médico y éste lo denunció.

El fotografo y director, Xosé Abad, dedicó año y medio a tejer el relato "de unos hechos traumáticos para cuatro familias que no se conocían" a fin de construir "una historia de enorme dignidad" sin "ningún ánimo de venganza". La cinta muestra los aspectos más sucios de los "paseos" falangistas entre amenazas y calumnias, como el saqueo de las propiedades de los represaliados a través de la historia de Modesto del Río, un patrón de pesca al que confiscaron sus propiedades. (...)

A los familiares de las víctimas, conmovidos con una historia que no todos conocían, les queda un último cabo por atar: localizar la fosa en la que fueron sepultados. El historiador Enrique Barrera rastreó sin éxito el inmenso arenal de Valdoviño. "De esa playa se sacaron millones de toneladas de arena y se dice que en algún camión iban los huesos", concluye Gasalla."

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