28/2/14

La matanza en cadena embruteció al personal



“UN FOTÓGRAFO empezó a tomar fotografías de personas antes de que las matasen. Era mayo de 1940, en un castillo medieval de Austria. 

Las personas del castillo de Hartheim a las que estaban matando eran enfermos mentales o padecían algún impedimento físico; sus cadáveres se incineraban en un horno.

 «Hitler opinaba que el exterminio de estos llamados "inútiles que comen"—testificó más adelante uno de los encargados del programa eutanásico T-4— haría posible poner más médicos, enfermeros y enfermeras, y otro personal, así como más camas de hospital y otras instalaciones, al servicio de las Fuerzas Armadas.»

El olor a carne quemada molestaba al fotógrafo. El supervisor de Hartheim, un ex agente de policía, dijo: «Bebe, te sentirás mejor». Así que el fotógrafo bebía y tomaba las fotografías. La matanza en cadena embruteció al personal, escribe un historiador: 

«Abundaban los informes de orgías de alcohol, numerosos enredos sexuales, peleas y maltratos». Un testigo presencial dijo que en el castillo «casi todos los empleados tenían relaciones íntimas entre ellos». Más de nueve mil personas murieron en Hartheim en 1940.”    

(Nicholson Baker: Humo humano. Los orígenes de la Segunda Guerra Mundial. Ed. Debate, 2009, págs. 162)

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