7/10/10

La 'muerte afectiva'... el abandono de las presas por sus familiares

"(...) Es lo que presas francesas de campos de concentración llamaban muerte afectiva. Significa que los hombres renegaron de las que habían sido sus parejas. Les dejaron abandonadas en las cárceles y reorganizaron su vida con mujeres que no tuvieran significado.

Ninguna mujer ha hecho eso. Por último está la violencia privada: la machista en casa, casos de violencia de género de hombres que maltrataban a mujeres que habían querido y que están sin documentar. Aparte de los fascistas, también hubo republicanos. (...)

En Saturraran, murieron 177 mujeres y 59 niños.

M.G.: Es que, además, ningún hombre se hacía cargo de sus hijos. En 1939 los franquistas cambiaron algunas leyes. A los 3 años ya no podían estar allí. Además, no eran registrados. Sólo sus madres. Había una ley, incluso, que, una vez fuera, si el niño no se acordaba de sus apellidos, se le podía cambiar el nombre. Se calcula que hay más de 10.000 aún desaparecidos.

E.B.: El libro incluye una carta, de un adulto que de niño fue enviado de la cárcel a familiares de Extremadura. Volvió a buscar a su madre. En Ondarroa, durmió en una cueva y cogió una pulmonía. Un baserritarra oyó sus toses y se lo llevó hasta hoy.

M.G.: El auxilio social servía entonces para que los menores se dieran cuenta de que habían fusilado a sus padres con derecho. (...)

Las tropas fascistas italianas tomaron Ondarroa. Entonces, los hombres se marchan, escapan; otros van al frente, y se quedan solas las mujeres, que son violadas. En una canción popular de Ondarroa le preguntan a un niño a ver por qué es de color negro y responde Italiarrek jakingo dute. (...)

En los testimonios recogidos por Tomasa había mucho humor. ¿La película también lo contempla?

E.B.: Cuando asumes un trabajo de esta dimensión, te da temor incluirlo. Ahora, si quieres hacerlo realista, en la película hay dos o tres secuencias que están limpiando la ropa, cantan… Había diversión y la protagonista tiene un enamoramiento con un joven de Ondarroa... No pueden ser personajes uniformes y monolíticos. Tiene un punto de humor.

M.G.: De todos modos, si para la película se hubieran tomado frases con humor reales dichas por presas, el público las hubiera considerado como un fallo. Rosario Dinamitera cuenta que a ellas les racionaban el agua. Les daban un vaso al día y debían elegir si lo empleaban para beber o para asearse. Se decían: ¿Qué hacemos con esto: nos lo bebemos o lo dejamos para la noche?

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