13/11/08

Mujeres-soldado, las amazonas, de nuevo.

"De esa gran presencia femenina en el ejército, lo que más preocupa a los mandos son los retretes. ¿Cómo organizarlos y distribuirlos? Parece un chiste, pero no lo es. El resto no ha variado: el entrenamiento, la rivalidad interna, el escalafón...

Y también hay que decir que las mujeres compiten, comparten los valores y aspiran a ocupar el papel que los varones tienen en las redes del poder militar. Ellas no quieren concesiones. Quieren probar que son tan buenas militares como los hombres.

Y lo son realmente, incluso cometiendo atrocidades, como hemos visto en la guerra de Irak. Con una diferencia en las atrocidades más sexuales. Los soldados americanos pisoteaban con sus botas a los prisioneros iraquíes, los violaban con tubos de neón. Las mujeres soldado preferían humillarles con unos lentos strip-teases o echándoles encima de la cara sus líquidos menstruales, en una especie de ceremonial femenino con elementos de seducción. Usaban los tropos de la feminidad para abusar de los presos.

Por principio, el alto mando militar teme que la presencia de la mujer haga cambiar de actitud a los hombres, debilitándolos. Pero eso no ha pasado. Ellas se han endurecido hasta el mismo límite de crueldad de sus camaradas." (Joanna Bourke: "Ha vuelto la matanza al descubierto. El País Semanal, 21/09/2008, p. 30)

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